Por Luis Miguel Romero
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Hoy en día, las drag queen abundan por doquier. Este movimiento de expresión artística derivado del transformismo, el performance y el cabaret, ha tomado una fuerza inaudita en la última década en México, en gran parte gracias al auge de reality shows de gran éxito mediático que han popularizado y promovido este movimiento artístico. Pero creer que “La más draga” inventó el arte drag en México, es un gravísimo error. El arte drag mexicano tuvo como sus pioneras a las ya míticas Hermanas Vampiro. Y justamente una de las drags fundadoras de este grupo-fraternidad-compañía teatral, es a quién honramos en este espacio de #RostrosLGBT+. Recordado como uno de los artistas drag más importantes e influyentes de México, se trata del actor, escritor, dramaturgo, productor, diseñador y activista Oswaldo Calderón “Superperra”.
Oswaldo Calderón Guerrero nació el 6 de julio de 1973 en la Ciudad de México, México. Oswaldo cursó estudios de Literatura en la FES Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Oswaldo tenía, entre sus muchos talentos, una sensibilidad, creatividad y habilidad nata para el diseño y el maquillaje. Siendo muy joven, comenzó a trabajar como vestuarista, maquillista y peinador en diversas obras de teatro. Fue justamente en esta faceta cuando, en 1993, Oswaldo conoce al actor, transformista y drag queen Daniel Vives “Ego”, quién actuaba en la obra teatral “Tres arpías y un abanico”.
Fue gracias a Vives que Oswaldo incursionó, de manera totalmente incidental, en el mundo del transformismo. Oswaldo acompañó a Vives en uno de sus shows caracterizando a la cantante Selena en el centro nocturno Anyway. A partir de ese momento, no volvió a bajarse del escenario.
En 1995, hartos de las limitaciones que los espectáculos de transformismo convencional imponían a su creatividad y sensibilidad, Oswaldo, junto con Vives y Sergio Alazcuaga, deciden crear un espectáculo diferente. En ese momento, el movimiento artístico drag queen ya había irrumpido con fuerza en los Estados Unidos y Europa. Pero en México era prácticamente desconocido. Fue entonces cuando Calderón y Vives se aventuran en esta corriente creativa. Decidieron convertirse en drag queens. Era la primera vez que este arte irrumpía en México.
Así, en tres días de trabajo creativo, surgen Las Hermanas Vampiro. El singular nombre surge de la película mexicana “El Santo contra las Mujeres Vampiro” (Alfonso Corona Blake, 1962); lo de “Hermanas” surge debido a que, a partir de ese momento, se consolidan como una hermandad, una suerte de familia con lazos de amistad, compañerismo y complicidad muy fuertes, regidos por sus propios códigos y principios. Mezclar lo de «hermanas» con lo de «vampiro» (en masculino), le daba a su nombre un sentido de dualidad, de ambigüedad de género, una mezcla de lo masculino con lo femenino.
Las Hermanas Vampiro debutan formalmente en 1995 en el desaparecido centro nocturno Caztzi, ubicado en Ciudad Satélite, Estado de México, muy cerca de la llamada “Casa de los Gatos”, donde Calderón y Vives vivían en compañía de 17 felinos. La respuesta del público fue de sorpresa, de los empresarios fue de duda y de las artistas travesti, de un desprecio total: “Allí vienen las payasitas”, decían aquellos que no comprendían nada sobre el arte drag.
Pronto, las Hermanas Vampiro se convierten en un éxito sin precedentes. Habían hecho historia al iniciar oficialmente el arte del drag queen a suelos latinoamericanos.
Las míticas “Madres del drag mexicano” alcanzan su cénit a finales de la década de los 1990s y principios de la década de los 2000s, arrasando en recintos como El Vox, el Papi Fun Bar, Living, El Nicho o el Anyway. Sin embargo, sus momentos de mayor gloria los vivieron en la cantina La Victoria (hoy el Foro Roma), en la Colonia Roma de la capital azteca. Posteriormente conquistaron a las audiencias de otras regiones de México como Monterrey, Cancún o Guadalajara. Fue justo en esta última ciudad cuando Oswaldo toma oficialmente el nombre artístico de “Superperra”. Y es que, si algo caracterizaba a Oswaldo, era su fina inteligencia y un agudísimo sentido del humor. Era tajante, directo, sarcástico, mordaz y letal con la lengua, cuando realizaba sus monólogos e interactuaba con el público en sus presentaciones. Esto, desde luego, formaba parte del mito que creó su personaje. En su trato real, Oswaldo era una persona sensible y reservada, de acuerdo al testimonio de personas allegadas a él.
Calderón alternaba sus shows con Las Hermanas Vampiro con presentaciones personales. Entre las caracterizaciones más célebres del repertorio de Oswaldo se encuentran cantantes como la de la ya mencionada Selena, Edith Márquez, Raquel Olmedo, Susana Zabaleta, Astrid Hadad, Whitney Houston, Annie Lennox, y personajes ficticios como Cruella de Vil o Maléfica. Se presentó con su show por todo México, los Estados Unidos, Canadá y Australia.
Paralelamente a su trabajo en los escenarios, Oswaldo también irrumpió en la televisión. De la mano del productor Baldomero Tamez, Oswaldo se integró al departamento creativo y artístico de la cadena Televisa, colaborando en producciones de Carla Estrada y Reynaldo López como “XE-TU Remix” (1996-1997), “Picardía mexicana” (1997-2000) o “La hora pico” (2000-2007), entre otros.
En medio del éxito profesional de Las Hermanas Vampiro, Oswaldo retomó sus estudios y cursó la carrera de Creación Literaria en la Universidad de la Ciudad de México. Oswaldo recalcaba que una drag queen no solo debe de preocuparse por su maquillaje, sino que necesita una sólida preparación, cultura y respeto profundo por el público y el escenario. En su enorme respeto por el arte drag, Oswaldo comenzó a impartir un taller de actuación, enfocado al arte drag. El taller llevaba por nombre “Entrenando a tu dragona” y llegó a impartirse en plena vía pública. Figuras de arte drag como Artemisa o Deborah La Grande, reconocen a Calderón como una enorme influencia y referente en su trabajo como drag queens.
Paralelamente a su trabajo artístico, Oswaldo se dedicó al activismo en causas en favor del colectivo LGBT+. Oswaldo era abiertamente VIH positivo. En 2006, Oswaldo produjo, dirigió y estelarizó la obra teatral “Lo que el virus se llevó”, donde compartía con el público su propia experiencia viviendo con el VIH.
Oswaldo siempre se manifestó y abogó en actos para defender las condiciones laborales de las drag queens. En su lucha incesante en favor del colectivo, y representando a la resistencia frente a actos de injusticia, en 2008, “Superperra” sufrió una afrenta al ser expulsada del recinto El Taller, que dirigía Luis González de Alba, y que mostró siempre una enorme hostilidad contra el colectivo trans y travesti.
Además, “Superperra” era una figura casi indispensable y omnipresente en las marchas por el Orgullo LGBT+ de la Ciudad de México y de otras urbes del país.
Por desgracia, la salud de Oswaldo fue mermando. La crisis por el desabasto de medicinas en el Sector Salud de México, a inicios de 2020, impactó directamente en su bienestar. Tras varios días de hospitalización, el 14 de febrero de 2020, Oswaldo Calderón abandonó este mundo terrenal para trascender al terreno espiritual. Tenía 47 años de edad y 25 de trayectoria en los escenarios.
El legado artístico de Oswaldo Calderón “Superperra” es invaluable, no solo dentro del arte drag, sino en el ámbito artístico en general, impactando particularmente la escena del cabaret, en donde no se encuentra actualmente una personalidad tan auténtica y distintiva como la suya. En 2021, su vida fue plasmada en el documental “En tu homenaje: Superperra · Oswaldo Calderón (1973 - 2020)”, producido por el Comité Orgullo y Diversidad de la Marcha LGBT+ de la Ciudad de México y Viernes Media Pride. Dicho material está disponible en la plataforma streaming Vimeo.
Este espacio es tan solo un breve, pero muy sentido homenaje a una de las figuras más destacadas y multifacéticas del ramo del arte dentro del colectivo LGBT+ mexicano. No es posible comprender el arte drag mexicano y su impacto social actual sin conocer un poco de la vida y obra de “Superperra”. ¡Larga vida al legado de Oswaldo Calderón “Superperra”, “La más perra de todas las dragas”, “La Madre Drag del Imperio Marica Mexicano”.
LECTURA SUGERIDA:
*Antonio Marquet: “El coloquio de las perras: retrato de Oswaldo Calderón con su hermandad vampiresca Joteando por un sueño: ensayo de documentación fotográfica y crónica (a ratos ensayística; a ratos perra ; ¡siempre jota!)”, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco, División de Ciencias Sociales y Humanidades (2010).
*Antonio Marquet: “Dragas en rebeldía”, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco, División de Ciencias Sociales y Humanidades (2020).
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