Por Luis Miguel Romero
Twitter: @LuisMiguelR01
Facebook: @LuisMiguelR02
Instagram: @luismiguelr03
Seguimos haciendo un recorrido a través del tiempo para honrar a los personajes clave en la historia del colectivo LGBT+. En esta ocasión, en este espacio de #RostrosLGBT+, hablaremos de una figura mítica; una mujer a la cual, el colectivo LGBT+ del mundo entero la considera dentro de su Panteón Sagrado de grandes figuras que araron el camino para el reconocimiento, respeto y dignidad de la comunidad. Es la activista Sylvia Rivera.
Sylvia Rae Rivera nació el 2 de julio de 1951 en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, específicamente en el célebre barrio del Bronx. Su padre era puertorriqueño y su madre venezolana. Su madre se suicidó cuando Rivera era muy pequeña y su padre la abandonó. Fue criada por su abuela, pero esta le despreció por su comportamiento “afeminado” y la echó a la calle a los 11 años de edad. Vivió cosas terribles en las calles y se vio forzada a ejercer la prostitución infantil. Por fortuna, la comunidad de drag queens neoyorquina le dio asilo y le otorgó el nombre de “Sylvia”.
La entrada de Sylvia en el mundo del activismo se inició durante la Guerra de Vietnam. Formó parte de los movimientos civiles de la Segunda ola feminista y formó parte de la organización comunista conocida como los Panteras Negras. Cuando Sylvia tenía 18 años se integró al Gay Activists Alliance. Un momento crucial en la historia del colectivo LGBT+ a nivel mundial, fueron los Disturbios de Stonewall, una serie de acontecimientos ocurridos en Nueva York el 28 de junio de 1969, los cuales marcaron el inicio de una era de luchas y manifestaciones, de diversas índoles, en favor de los derechos, respeto y reconocimiento del colectivo LGBT+. Rivera afirmaba haber estado junto a Marsha P. Johnson, la otra célebre protagonista crucial de este crisol de las luchas de la comunidad LGBT+, durante esa histórica noche en Stonewall. De su participación en estos acontecimientos queda una frase suya para la posteridad:
"No me quiero perder ni un instante de esto. ¡Es la revolución!"
Rivera tuvo una etapa muy controvertida. Su abuso en el consumo de sustancias, le llevó a vivir en las calles, particularmente entre la comunidad gay indigente del muelle de Christopher Street. Su situación de calle y pobreza, la llevó a convertirse en activista en favor de los sectores más desprotegidos del colectivo LGBT+, como las personas indigentes o la gente de la prisión. Junto con Johnson, Rivera co-fundó la Street Transvestite Action Revolutionaries (STAR), en 1970.
En 1992, Marsha P. Johnson murió en circunstancias misteriosas y su cuerpo fue encontrado flotando en el Río Hudson. Rivera fue una de las muchas personas que defendieron la teoría de que Johnson había sido asesinada. La misma Rivera tuvo un intento de suicidio en 1995, en el mismo río. En ese mismo año, Rivera apareció en uno de los episodios de la serie documental "The Question of Equality", de Arthur Dong, y concedió una entrevista al periodista Randy Wicker, donde defendió a las personas del colectivo que perdieron sus hogares en la pandemia del VIH / SIDA.
En 2000, como parte de la llamada Millennium March, Rivera fue aclamada como “La madre de todas las personas gay". La organización STAR retomó actividades en 2001, defendiendo diversas causas en favor del colectivo, incluyendo varios movimientos de protesta por el asesinato de Amanda Milan, una mujer transgénero.
Por desgracia, la incesante actividad de Rivera se vio truncada el 19 de febrero de 2002, cuando la muerte le sorprendió en el St. Vincent’s Hospital de Nueva York, a consecuencia de un cáncer hepático.
Sylvia Rivera será recordada especialmente por sus luchas en la integración del colectivo travesti, transgénero y transexual, tan injustamente marginado en las luchas de la diversidad sexual, pero también por que abogó por la inclusión en general, pues defendió a los sectores más desprotegidos de la comunidad, como enfermos, indigentes, presos, niños o personas de otras etnias y razas. De hecho, su activismo ayudó a la visibilidad de la comunidad latina dentro del amplio espectro del LGBT+. A Sylvia tampoco le gustaban las etiquetas. A lo largo de su vida se definió a sí misma como mujer transgénero, travesti, drag queen u hombre homosexual, de manera indistinta. Historiadores modernos la consideran como "La Rosa Parks" del Movimiento Transgénero Moderno.
El legado de Sylvia Rivera es tangible a través de distintos homenajes y memoriales. En 2002, poco después de su muerte, apareció el Proyecto de Ley Sylvia Rivera, el cual se dedica a garantizar que todas las personas sean libres de autodeterminar su identidad y expresión de género, independientemente de sus ingresos o raza, y sin enfrentar acoso, discriminación o violencia; en 2002, el actor Jade Esteban Estrada, interpretó a Rivera en el musical "ICONS: The Lesbian and Gay History of the World, vol. 1"; en 2005, la esquina de las calles Christopher y Hudson, en la Greenwich Village de Nueva York, fue bautizada como "Sylvia Rivera Way"; en enero de 2007, se estrenó en Nueva York un musical basado en la vida de Rivera de nombre "Sylvia So Far"; en 2018, se estrenó el cortometraje "Happy Birthday, Marsha!", basado en la vida de P. Johnson y Rivera; Rivera y Johnson también han sido plasmadas en un mural en Texas que conmemoró, en 2019, el 50 aniversario de los Disturbios de Stonewall; ambas mujeres también fueron conmemoradas en 2019, con un monumento en el Greenwich Village de Nueva York, cerca del epicentro de los disturbios históricos de Stonewall. Esto, solo por mencionar algunos de los homenajes que Rivera ha recibido de manera póstuma por su activismo.
Honor a quien honor merece. Aplausos para Sylvia Rivera y agradezcamos infinitamente su labor y ese grano de arena que puso en esta incesante lucha en favor del respeto a la libertad sexual y de identidad y de la que, como se mencionó líneas arriba, hoy en día, las nuevas generaciones pueden gozar. Nunca olvidemos a quienes sembraron la semilla.
LECTURA SUGERIDA:
*Vicky Lynn Eaklor: "Queer America: A GLBT History of the 20th Century", (2008),Ed. ABC-CLIO.
Comments