Por Luis Miguel Romero
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En 1989 falleció Bette Davis (1908-1989), la llamada “Reina de Hollywood”, uno de los mitos cinematográficos más importantes de la historia del Séptimo Arte. La última película en la que Davis actuó fue “Wicked Stepmother”, en 1989. El ya fallecido director de la película, Larry Cohen (1936-2019), publicó en 2012 un artículo donde narra de una forma detallada, honesta e interesante como fue su agridulce experiencia al trabajar con esta fabulosa leyenda del cine...una leyenda que se encontraba en una decadencia física absoluta. En este espacio de #Cine, reseñamos "Wicked Stepmother" (“La bruja de mi madre”, en español), esta curiosidad fílmica que cerró con broche de oro la impresionante carrera fílmica de la gran Bette Davis.
Para las nuevas generaciones hay que hacer un poco de historia. Ruth Elizabeth Davis, el nombre real de Bette, nació en Lowell, Massachusetts, Estados Unidos, el 5 de abril de 1908. Desde niña mostró aptitudes histriónicas y debutó primero en teatro en los años 1920s. Luego, con el apoyo de su madre, llegó a Hollywood siendo una total desconocida, pero con una seguridad en si misma que sorprendió a los productores de cine. Debutó en la película “The Bad Sister” (1931). Para 1937 consiguió un jugoso contrato con la Warner Brothers, siendo estrella absoluta del estudio durante más de dos décadas, y regalándonos clásicos del Séptimo Arte como “Dangerous” (1935), “Jezebel” (1937), “Dark Victory” (1938), “The Private Lives of Elizabeth & Essex” (1939), “Juárez” (1939), “The Little Foxes” (1941), “The Letter” (1942), “Now, Voyager” (1942), “All About Eve” (1950), “What Ever Happened to Baby Jane?” (1962), “Hush...Hush...Sweet Charlotte” (1964), “The Anniversary” (1968) y muchas otras más. Por “Dangerous” y “Jezebel” obtuvo el Premio Óscar como mejor actriz. En total, acumuló otras nueve nominaciones más a la codiciada estatuilla. Fue polémica en su vida amorosa, que incluyó cuatro matrimonios. Tuvo tres hijos; la mayor, BD Hyman le rompió el corazón al escribir un libro terrible sobre ella. Tuvo una larga rivalidad profesional y personal con la actriz Joan Crawford. Y faltaría espacio para hablar sobre otras leyendas más que se tejieron en torno a la figura de la mítica actriz. También destacó su labor en la Segunda Guerra Mundial, al ser figura central de la organización benéfica llamada Hollywood Canteen.
Dejando de lado este preámbulo sobre la legendaria Davis, el argumento de la cinta es el siguiente:
El teniente de policía MacIntosh (Tom Bosley) acude a una residencia a investigar la desaparición misteriosa de una familia. MacIntosh es alertado por Mandy (Susie Garrett), una empleada de la familia, quién le dice que sospecha de una misteriosa anciana que un día llegó a la casa como empleada, acusándole de ser una bruja malvada.
Mientras investigan, el teniente MacIntosh y Mandy encuentran una caja de zapatos que contiene a toda la familia desaparecida, inexplicablemente reducida a tamaño miniatura. Este extraño caso se suma al de la desaparición misteriosa de otras familias. Todos los casos coinciden con la irrupción de una misteriosa anciana en sus vidas. El teniente MacIntosh decide seguirle la pista convencido de que es una hechicera.
Mientras tanto, Jenny Fischer (Colleen Camp) y su esposo Steve (David Rasche) regresan a su hogar en Los Ángeles, California tras dos semanas de vacaciones. Cuando ambos cruzan la puerta de su hogar, se encuentran a Sam (Lionel Santander), el padre de Jenny, quién les recibe con la novedad de que se ha casado con una mujer a la que conoció por casualidad al salir del supermercado. Esta mujer es Miranda Pierpoint (Bette Davis), una anciana de apariencia misteriosa que de inmediato altera los nervios de Jenny. Miranda manifiesta costumbres extrañas que alteran el orden de la familia.
Con el paso de los días, la familia comienza a mostrar comportamientos extraños. Miranda también lleva consigo a “Pericles”, su gato, aunque Jenny es alérgica a los felinos.
Jenny contrata los servicios del detective Flynn (James Dixon), quien comienza a realizar una torpe investigación sobre Miranda. Miranda muestra interés especial por Steve, el esposo de Jenny y le pregunta si puede visitarlo en su empleo. Días después, una despampanante mujer se presenta en el lugar de trabajo de Steve.
Jenny espía a Miranda y descubre que tiene poderes mágicos. Sin embargo, Miranda finge demencia y el propio Steve empieza a pensar que su esposa está perdiendo la razón. Miranda les dice a Jenny y a Steve que tiene una hija y que la ha invitado a pasar unos días con la familia. Priscilla (Barbara Carrera), la supuesta hija de Miranda, aparece en casa y Steve queda impactado al ver que es la misma mujer que conoció en su trabajo.
Priscilla informa a la familia que Miranda se ausentará unos días para resolver unos negocios A Jenny le sorprende que Miranda parta cuando su hija acaba de llegar. Priscilla decide aprovechar para separar a Jenny de Steve y comienza a seducirlo. Además realiza una serie de hechizos que ponen patas arriba la casa de la familia.
Cuando Larry Cohen contrató a Bette Davis para la película, la cosa era muy preocupante. Bette estaba en una decadencia física y emocional. Un cáncer de mama y dos accidentes cerebro-vasculares, así como una adicción brutal al cigarrillo, la tenían muy deteriorada. Así lo comprobó Cohen al verle entregar un Golden Globe en 1987, con un rostro afectado por una parálisis, una delgadez extrema y una pierna izquierda que casi arrastraba. En 1987 Bette había filmado la cinta “The Whales of August”, del director Lindsay Anderson, donde se reunió con la “Primera Dama del Cine Estadounidense”, Lillian Gish (de entonces 93 años de edad). Bette rivalizó con Gish por los créditos y por su desempeño y llegó a exclamar furiosa:
“¡La Señorita Gish está sorda como una roca!”
Pero aún mostraba interés por trabajar. Con tal de ayudarle, Cohen le creó la película “Wicked Stepmother”. Convencer a sus agentes no fue fácil. Menos a los estudios de distribuir una película con Davis:
“¿De verás quieres trabajar con ella?, ¿Ya viste cómo está?”
Pero Cohen no desistió y finalmente tuvo a la deteriorada diva en el set. Bette tuvo varios contratiempos. Un día se enfureció al ver una foto de su gran rival fílmica, Joan Crawford, a quien se les ocurrió mencionarla como la primera esposa de su marido en el filme. También tuvo dos accidentes: se tropezó con unos cables y cayó en el plató; también fue quemada con un efecto especial de un cigarrillo. Pero fueron sus dientes los que le dieron más problemas. Su puente se rompió antes de iniciar el rodaje y Bette mostraba dificultades para decir sus diálogos. Un día, tras pedir al director ver los rushes de la cinta, lloró desconsolada. La película era una comedia ligera, pero ver a Davis en ese estado no causó gracia a ningún espectador.
Bette se confesó con Cohen y pidió un tiempo para visitar a su dentista en Nueva York. El puente tardaría dos semanas en quedar listos, pero Bette ya no volvió. Como toda una diva, dio un comunicado de prensa y dijo abandonar la filmación por mal trato del director. Cohen reescribió la película. Según la actriz Colleen Camp, cuando Davis abandonó la producción, se consideró reemplazarla con Lucille Ball o Bea Arthur. Pero tirar las escenas que se alcanzó a rodar con Davis era un crimen, Así que se modificó la historia y la actriz Barbara Carrera entró al quite para justificar los únicos 11 minutos que Davis aparece en el filme. Cohen aceptó que la diva le echara la culpa para lavar su imagen. Más cuando hubo que ajustar cuentas con la aseguradora, Davis tuvo que decir la verdad: dejó el rodaje por su pobre salud. La noticia se regó en todo Hollywood y con esto, todos los productores y estudios se negaron a contratarla, con riesgo de que la salud de la actriz pusiera en riesgo otro rodaje. Cohen se lamentó:
“Quise ayudar a Bette Davis y terminé bloqueándole cualquier oportunidad laboral”.
Pero el destino no se equivoca. “Wicked Stepmother” se estrenó, y seis meses después, el 6 de octubre de 1989, Bette Davis murió en París a los 81 años de edad. Estaba escrito que ya no firmaría ninguna película más.
Tanto “The Whales of August” como “Wicked Stepmother” son la cereza del pastel de la apoteósica trayectoria de la “Reina de Hollywood”, todavía deslumbrante aún en el ocaso de su vida. Vale la pena echarles un vistazo, en memoria del gran legado fílmico de Davis.
Pueden leer el artículo de Cohen aquí:
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