Por Luis Miguel Romero
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En el año 2021, el Cine mexicano perdió a uno de los cineastas más destacados de su Historia. Se trata de Felipe Cazals (1937-2021). El legado fílmico de Felipe Cazals es un valioso tesoro que vale la pena honrar y preservar. Y es que Cazals, fue uno de los directores de su generación que lograron mantenerse siempre vigentes, con una trayectoria fílmica que abarcó varias décadas. La cinematografía de Felipe Cazals se caracterizó por plasmar en la Gran Pantalla, en la mayoría de sus filmes, hechos reales. El retrato de la sociedad mexicana, personajes históricos y lo complejo de la psique humana, fueron temas perennes en la filmografía del cineasta.
Felipe Cazals Siena nació en la Ciudad de México un 28 de julio de 1937. Cursó sus primeros estudios cinematográficos en Francia, en el Instituto de Altos Estudios de Cinematografía. De regreso en México, realizó algunos cortometrajes para “La hora de Bellas Artes” y fundó, con Arturo Ripstein, Rafael Castañedo y Pedro F. Miret, el grupo Cine Independiente.
Sus primeros trabajos fueron en el cine documental. Su ópera prima fue un documental sobre la artista surrealista Leonora Carrington. Su primera película comercial fue “Familiaridades” (1969), curioso filme que retrata una serie de situaciones acontecidas a una mujer una tarde en un apartamento del Edificio Condesa de la capital mexicana. Fue protagonizada por Yolanda Alatorre y Farnesio de Bernal.
En 1970, Cazals capta la atención de la crítica con el filme “Emiliano Zapata”, fastuoso biopic sobre el legendario caudillo revolucionario mexicano, y que sirvió de vehículo de lucimiento para el popular actor y cantante Antonio Aguilar, en una de las producciones más caras del Cine mexicano de la época.
En 1971, Cazals dirige el ambicioso proyecto “El jardín de tía Isabel”, filme que retrata las aventuras de unos conquistadores españoles al arribar al Nuevo Mundo en el siglo XVI. El filme fue estelarizado por Alfonso Arau y Jorge Luke y consiguió dos nominaciones al Premio Ariel de la Academia Mexicana de Cinematografía.
En 1972, Cazals co-dirige junto a Mario Llorca, el filme “Aquellos años”, producción estelarizada por Jorge Martínes de Hoyos, quién encarna al presidente mexicano Benito Juárez en los eventos previos que desencadenaron el establecimiento del Segundo Imperio Mexicano.
1976 es un año cumbre en la filmografía de Cazals, pues en este año se estrena la llamada "Trilogía de la violencia", que incluye los trabajos más recordados y característicos de su filmografía. El primero de ellos es “Canoa”, brutal crónica del terrible linchamiento de unos trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México durante una excursión al volcán La Malinche, en Puebla. El filme, que contó con un reparto coral, consiguió la nominación al Ariel a mejor película, además de ser aclamado en el Festival Internacional de Cine de Berlín, donde consiguió una nominación al Oso de Oro como mejor película, y Cazals obtuvo el Oso de Plata otorgado por el jurado.
El segundo filme de esta célebre trilogía es “El apando”, adaptación fílmica de una novela homónima de José Revueltas y que retrata la cotidianidad dentro de la desaparecida prisión de Lecumberri, en la capital mexicana. El filme fue estelarizado por Manuel Ojeda, Salvador Sánchez y José Carlos Ruiz y representó a México en el XXIV Festival Internacional de Cine de San Sebastían, en España, donde, se dice, perdió el premio a mejor película debido a que el filme horrorizó a la actriz mexicana Dolores del Río, presidenta del jurado de esta edición del mencionado festival.
La trilogía se cierra con la cinta “Las Poquianchis”, filme basado en la vida de las asesinas seriales mexicanas conocidas como “Las Poquianchis”, las cuales manejaron una red de prostitución en Guanajuato en la década de los 1950s. Aquellos crímenes, al salir a la luz, desataron un escándalo del cual se regocijó la prensa amarillista. La cinta fue protagonizada por un reparto coral de actrices y consiguió cuatro nominaciones al Ariel.
En 1977, Cazals retoma a personajes históricos en la cinta “La guera Rodríguez”, biopic sobre esta célebre dama mexicana del siglo XIX involucrada en los eventos de la Guerra de Independencia de México. El filme fue protagonizado por la actriz Fanny Cano.
Cazals cerró la década de los 1970s con la cinta “El año de la peste”. Estelarizada por Alejandro Parodi y José Carlos Ruiz, la cinta recrea una epidemia de peste negra, como la que azotó a Europa en el medioevo, pero ahora en la capital mexicana. El filme obtuvo el Ariel a mejor película del año.
Un caso atípico de la filmografía de Cazals es la biopic “Rigo es amor” (1980), sobre la vida del cantante de música tropical mexicana Rigo Tovar (quién se encarna a sí mismo). Cazals también dirigió la secuela de la cinta, titulada “El gran triunfo”, estrenada en 1981.
En 1981, Cazals explora en la comedia de humor negro con la cinta “Las siete Cucas”, protagonizada por Isela Vega y la actriz española Amparo Muñoz. La cinta narra las aventuras de una mujer que, tras quedar viuda y llena de deudas, convierte su casa en un burdel y a sus hijas en las trabajadoras del mismo.
En 1983, Cazals dirige “Bajo la metralla”, cinta de tintes políticos sobre una banda de guerrilleros que atentan contra un alto funcionario del gobierno mexicano. La cinta estelarizada por Humberto Zurita y Alejandro Camacho, obtuvo cuatro Arieles.
En 1985, la polémica cae sobre Cazals debido a la controvertida cinta “Los motivos de Luz”. Protagonizada por Patricia Reyes Spíndola, la cinta recrea un hecho real: la condena de una mujer de extracción humilde por el asesinato de sus propios hijos. Lo que nadie imaginó es que la mujer que inspiró los hechos de la película, demandaría a la producción por recrear aspectos de su vida sin autorización. El estreno y exhibición de la película se retrasaron debido al largo proceso legal en el cual, la supuesta agraviada, resultó favorecida.
En 1986, se estrena la cinta “El tres de copas”, un triángulo amoroso situado en la época de la Historia de México conocida como La Reforma. El filme también fue estelarizado por Humberto Zurita y Alejandro Camacho.
En 1986, Cazals filmó, en formato de video, “Las inocentes”, película estelarizada por Ana Bertha Espín y María Rojo, quiénes encarnan a las integrantes de un grupo de monjas católicas que, tras ser agredidas sexualmente y quedar encintas, son rechazadas por su iglesia.
Cazals cerró la década de los 1980s con "La furia de un Dios" (1987), estelarizada por Humberto Zurita y la actriz española Assumpta Serna. La cinta narra, a manera de flashback, la tórrida vida de un magnate multimillonario.
Los 1990s, fueron la década de producción fílmica más escasa de Cazals. Sorprendentemente el cineasta incursionó en el polémico género de las “Sexycomedias” mexicanas con la cinta “Desvestidas y alborotadas” (1991), protagonizada por Lorena Herrera y Lina Santos. La cinta cuenta las andanzas de una mujer en un hotel tras ser abandonada por su esposo en la luna de miel. En este mismo género, en ese mismo año y de nuevo con Herrera y Santos como estrellas, Cazals dirige el filme “Burbujas de amor”, sobre las andanzas de dos trabajadoras sexuales y sus clientes.
En 1993, el cineasta retomó el género de la biopic con “Kino: la leyenda del padre negro”, sobre la vida del sacerdote evangelizador jesuita Francisco Eusebio Kino (encarnado por Enrique Rocha), y su misión religiosa en la Nueva España en el siglo XVI. La cinta obtuvo un premio Ariel y cinco nominaciones más.
Cazals inicia la década de los 2000s con la cinta “Su alteza serenísima” (2000), estelarizada por Alejandro Parodi y Ana Bertha Espín (quién obtuvo el Ariel como mejor actriz por esta cinta). La película relata aspectos poco abordados sobre la vida del dictador mexicano Antonio López de Santa Anna.
En 2004, Cazals dirige la cinta, de tono documental, “Digna…hasta el último aliento”. La cinta fue protagonizada por Vanessa Bauche y narra la vida de la activista social y abogada Digna Ochoa. La cinta, que contó con el apoyo y patrocinio de la Academia Mexicana de Derechos Humanos, ganó un Ariel y formó parte de la Selección Oficial del Festival de Berlín de ese año.
En “Las vueltas del citrillo” (2006), Cazals abordó géneros como la fantasía y temas sobrenaturales en los que se desenvuelven los clientes de una pulquería de la Ciudad de México. La cinta, protagonizada por Damián Alcázar y José María Yázpik, obtuvo seis Arieles.
Basada en un texto de Ricardo Garibay, en 2009 Cazals filma “Chicogrande”, filme estelarizado por Damián Alcázar y Alejandro Calva y que narra las aventuras de un soldado a las órdenes de Pancho Villa, caudillo de la Revolución Mexicana, para conseguir ayuda para su general tras ser herido en batalla.
La carrera fílmica de Cazals se cerró en 2012 con el filme “Ciudadano Buelna”. La película cuenta la historia de Rafael Buena, un civil sinaloense (interpretado por Sebastián Zurita), que participó de manera activa en la Revolución Mexicana. La película obtuvo dos Arieles y dos Diosas de Plata.
Felipe Cazals falleció en la Ciudad de México el 16 de octubre de 2021. Por fortuna, el cineasta dejó como legado un material fílmico digno de considerarse un tesoro de gran valor que contribuyó a enriquecer el archivo fílmico de México y Habla Hispana.
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