Por Luis Miguel Romero
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En el año 2020, la compañía Disney anunció el lanzamiento de una nueva versión “live action” de la cinta clásica animada “The Little Mermaid” (“La sirenita” en español), la cual tendría como protagonista a la actriz estadounidense afroamericana Halle Bailey. Esta situación despertó una serie de inconformidades y críticas de un sector de la sociedad, quiénes, a través de las redes sociales, manifestaron su descontento ante el origen racial de la actriz protagonista, pues en la versión animada original, el personaje principal es una sirena caucásica de pelo rojo. Esta situación tan irrelevante, despertó entre un porcentaje de cibernautas, una serie de burlas y comentarios que evidenciaban el profundo racismo que, en pleno siglo XXI, aún impera entre la sociedad. Estas burlas y ofensas se incrementaron aún más cuanto más se acercaba el estreno de la película, el cual finalmente ocurrió en mayo de 2023. Por supuesto, México no fue la excepción y una gran cantidad de cibernautas mexicanos se sumaron a esta serie de ofensas virtuales contra la protagonista de la película. Esto nos lleva a hacer memoria y recordar como el fantasma del racismo, sigue vigente en la sociedad mexicana.
En 2019, la agencia de publicidad mexicana 11.11. Cambio Social, lanzó una campaña en contra del racismo. Dicha agencia publicó un video que pronto se viralizó en las redes sociales. En dicho video se aprecia a un grupo de niños mexicanos, de entre unos 5 a 9 años de edad aproximadamente, enfrente de dos muñecos, uno de tez blanca y otro de tez oscura. Los niños responden a una serie de preguntas que ponen en evidencia que el terrible veneno del racismo está presente desde una edad muy temprana. Al analizar el video, se encienden las alarmas al evidenciar este problema social.
Efectivamente, la inmadurez de la infancia genera crueldad, y esta toma la discriminación como uno de sus principales medios de agresión. El porcentaje de racismo entre la población infantil mexicana es alarmante. Cómo ejemplo muy tangible de ello es el evidente rechazo de los infantes mexicanos hacia juguetes con características distintas a los cánones, pautas y estereotipos que imperan en los medios de comunicación, basados en conceptos occidentales de “belleza” física. Por ejemplo, la línea de muñecas “Barbie” de la compañía Mattel, posee versiones raciales diferentes de la muñeca en los Estados Unidos y Europa. Existen “Barbies” en versiones de raza negra, asiática, latina y la clásica muñeca rubia. En México no se importan las versiones étnicas diferentes de la figura. Ni siquiera la versión “latina” es apreciada por la niñez mexicana. A las niñas no les interesa; solo compran la versión rubia.
Por desgracia, la infancia, y la sociedad en general, estamos expuestos mediáticamente a determinadas imágenes que marcan la pauta entre lo que se considera “normal”, “correcto” o “bello” según anticuadas pautas y criterios occidentales. Las generaciones previas fueron más afectadas en este tema que las actuales, las cuales ya están expuestas a diferentes opciones de entretenimiento y más información.
Durante años, en México la televisión marcaba la pauta y fue el medio de comunicación líder y el más influyente. Por ejemplo, en las telenovelas (tan arraigadas culturalmente en México), los personajes principales son, en su gran mayoría, actores y actrices de tez blanca. Los personajes de tez morena o rasgos indígenas, estuvieron limitados por décadas a roles secundarios. Incluso, en algunas historias donde las protagonistas eran de otro origen étnico o racial, fueron interpretadas por actrices caucásicas, "caracterizadas". Ejemplos, melodramas como “El pecado de Oyuki”, “María Isabel” o “Yesenia”.
En el año 2021, la telenovela “¿Te acuerdas de mí?”, de la cadena Televisa, despertó malestar e inconformidad entre un sector de la población que no tardó en manifestar su desagrado en redes (en muchos casos de forma agresiva y despectiva) hacia la actriz protagonista, Fátima Molina, actriz de tez morena a quiénes tildaron de “fea”. Algo muy similar sucedió en el país con la actriz mexicana Yalitza Aparicio, quién alcanzó el estrellato al estelarizar la cinta “Roma” (Alfonso Cuarón, 2018). La actriz, de origen indígena oaxaqueño, fue agredida de manera masiva por muchísima gente (incluso por compañeros del mundo del espectáculo), quiénes parecían no perdonarle el alcanzar el éxito y reconocimientos en el cine extranjero, por el hecho de ser morena e indígena.
El tema de los estereotipos étnico-raciales, permeó en otros medios de entretenimiento. Entre los años 1950s y 1980s, la extinta editorial mexicana Grupo Editorial Vid, publicó la popular historieta “Memín Pinguín”, la cual narraba las aventuras de un simpático niño de color. La historieta fue creada por la autora Yolanda Vargas Dulché (1926-1999) y fue muy popular entre la infancia mexicana de la época. La historia era bien intencionada, inocente y exaltaba muchos valores pero, por desgracia, el personaje estelar y su madre, eran dibujados de manera que exaltaba de forma exagerada los rasgos físicos de la comunidad de la raza negra, además de perpetuar estereotipos dañinos sobre la gente de color: torpes, ignorantes, agresivos, tramposos o destinados a las tareas de servicio (la madre de Memín trabajaba como empleada doméstica). En México esto se vio muy normal, más cuando, en 2005, el Servicio Postal Mexicano expidió un timbre postal conmemorativo con el personaje, la comunidad afroamericana de Estados Unidos protestó y presionó al gobierno de México para cancelar dicho timbre.
La imagen negativa también llega de medios de comunicación extranjeros. Los mexicanos y latinos fueron encerrados por décadas en estereotipos y clichés en las producciones de cine y televisión de Hollywood. Un ejemplo es el cliché de la mujer latina: voluptuosa, escandalosa, vulgar, temperamental, promiscua y con un fuerte acento latino al hablar el idioma inglés. Este cliché lo popularizó en los años 1930s la actriz mexicana Lupe Vélez (1908-1944). Lo alarmante es que este estereotipo (que a un sector del público anglosajón le parece muy gracioso), aún sigue existiendo. Ahí está la actriz colombiana Sofía Vergara en la serie televisiva “Modern Family”.
Por supuesto en algunos casos, la situación ha llegado al límite. En 1999, la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, presionaron a la compañía Warner Bros. para retirar al personaje “Speedy González”, de la línea de dibujos animados Looney Tunes, por representar una imagen estereotipada del mexicano.
En México la población afrodescendiente ha sido muy ignorada. Solo en años recientes, los afromexicanos han salido a defender su cultura, a hacerse notar y gritarle al país su existencia. ¿Será que debido a esta marginación y "olvido" colectivo es que que los mexicanos no estamos "acostumbrados" a incluir y reconocer a nuestra población de raíces africanas en nuestro entorno?
Las generaciones de las últimas dos décadas están viviendo un mundo diferente, de redes sociales e información inmediata. Hay que fomentar en ellos la inclusión y el aprendizaje; borrar de nuestro lenguaje palabras con un tono racista, clasista, xenófobo o LGBTfóbico. El mundo ha cambiado y hay que afrontar esta nueva normalidad y aprender en conjunto, en búsqueda de un mundo mejor para todos.
Y aquí un video de la canción “Respect”, en voz de la gran Aretha Franklin (1942-2018), un himno que sonó fuerte en plena lucha por los derechos de la comunidad afroamericana en la década de los 1960s y que, hoy en día debería de volver a sonar con fuerza. RESPETO es lo que debemos de guardar. Si no te gusta, no lo aplaudas, pero no tienes ningún derecho de ofender ni agredir.
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