Por Luis Miguel Romero
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De acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española, un símbolo sexual (sex symbol en inglés), es:
“Una persona famosa o celebridad o con atractivo y magnetismo sexual superlativo”.
A lo largo de la historia contemporánea, muchísimas figuras han sido veneradas como auténticos mitos de erotismo, que provocan las fantasías y deseos más ardientes de sus admiradores ¿hace falta mencionar a Marilyn Monroe? Probablemente ella sea el ejemplo más claro que tenemos de lo que significa ser un símbolo sexual en el celuloide. Nadie puede negar el enorme erotismo que derrochaba esta mujer, que iba más allá de su belleza o medidas corporales. Era una cuestión de actitud. Y es que, se dice, que el sex appeal no viene del cuerpo, sino del alma misma.
¿Y quiénes podrían ser considerados sus equivalentes masculinos en el Séptimo Arte? ¿Qué hombres han generado y despertado las fantasías eróticas del espectador cinéfilo? Si analizamos un poco esta lista, nos percatamos de cómo han cambiado los cánones de belleza masculina según la época.
El primer gran sex symbol masculino del cine fue Rudolph Valentino (1895-1926). Este galán italiano despertó las más bajas pasiones del público del cine mudo de los años 1920’s. En ese momento, la belleza masculina lucía un tanto “delicada”. Si observamos a Valentino o a otros de sus “rivales” de su época (como Ramón Novarro), notamos que todos ellos lucían demasiado estilizados, de aspecto pulcro, con el pelo relamido con vaselina, los ojos delineados, el rostro pálido, una figura delgada y ciertas actitudes y ademanes que hoy consideraríamos como “afeminados”. Se dice que cuando Valentino murió de peritonitis en 1926, hubo fanáticas que llegaron a quitarse la vida, agobiadas por perder a su ídolo.
Para los años 1930’s y 1940s, el canon de belleza masculina comienza a cambiar. Surge entonces el prototipo de los gentlemen, esos hombres de apariencia impecable, pulcra, pero sin caer en los clichés de la década previa. Hombres como Cary Grant, Clark Gable o Tyrone Power fueron considerados los rompecorazones más destacados de la época. Sin embargo, muchos consideran al más grande sexy symbol masculino del cine de la época al actor australiano Errol Flynn quién, además de su evidente atractivo físico, poseía un “aire canalla” y de “chico malo” que causaba conmoción entre sus admiradores.
En los 1950’s y los 1960’s entra en furor el mito de los rebeldes sin causa. Los chicos malos con actitudes frías, rebeldes e introvertidas, rodeados de un aura inescrutable de misterio, comienzan a cosechar legiones de fans. El rebelde sin causa más famoso de todos es sin duda Elvis Presley. Pero otros rompecorazones masivos de la época fueron también James Dean y Marlon Brando.
En los años 1970’s y 1980s, esta imagen del hombre rebelde y desenfadado toma más fuerza. Atrás quedaron los elegantes caballeros de frac o smoking de décadas previas. La Revolución Sexual está en su apogeo. Ahora lucir desaliñado, desenfadado, barbudo y hasta descuidado resulta ser sexy. Ejemplos de ello: Jack Nicholson, Al Pacino, Warren Beatty, Bruce Willis o Mickey Rourke. Pero al mismo tiempo, este estereotipo se ve enfrentado con otro de igual impacto entre los espectadores. Son los galanes de cuerpo musculoso, barbudos, de pelo en pecho y de aspecto viril. ¿Recuerdan a Tom Selleck? Este estereotipo de sex symbol masculino impactó mucho entre el colectivo gay.
En los 1990’s y en las últimas dos décadas el concepto de belleza masculina volvió a cambiar. Por un lado, están los caras bonitas o baby face tipo River Phoenix, Leonardo Di Caprio, Ben Affleck y Brad Pitt,
Por el otro, el estereotipo de hombre metrosexual, que cuida su apariencia, que va al gimnasio y proyecta una imagen pulcra, pulida y fitness, también está en boga. Ejemplos de este estereotipo los encontramos en Chris Hemsworth, Chris Evans o Henry Cavill.
Pero los chicos malos contemporáneos de apariencia hipster como Johnny Depp o Ryan Gosling, también marcan la pauta Y no olvidar a los daddys como George Clooney, Robert Downey Jr. o Hugh Jackman.
¿Tú con cual tipo te identificas más? ¿Qué época te parece que ha proyectado el mejor prototipo de belleza masculina?
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