Por Luis Miguel Romero
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*Katy Jurado (1924-2002), es recordada como una de las grandes actrices que han surgido en México. Figura icono de la Época de Oro del Cine Mexicano y una de las pocas mexicanas que han logrado la consagración como primera figura en Hollywood, la Meca del Cine.
*Mario Vargas Llosa (1936), es un respetado y célebre escritor peruano, ganador del Premio Nobel de Literatura y uno de los autores más respetados y leídos en todo Iberoamérica.
Dos figuras tan grandes, pero provenientes de mundos tan diferentes ¿Qué pueden tener en común? Aquí la historia:
Probablemente la obra más célebre y reconocida de toda la extensa obra de Vargas Llosa sea Pantaleón y las Visitadoras, novela escrita en 1973, la cual narra las aventuras de Pantaleón Pantoja, un militar que es comisionado a organizar y dirigir un servicio de prostitutas (llamadas “Visitadoras”) para que los militares afincados en una base en la Amazonia peruana puedan “desfogar” sus deseos y necesidades sexuales y dejen de agredir a la población femenina local. Esta peculiar misión lo lleva por un sinfín de aventuras.
Una historia como esta pedía a gritos ser llevada a la pantalla grande. Lo interesante de esto es que Vargas Llosa decidió dirigir el proyecto fílmico, obviamente sin ninguna experiencia previa en el mundo del cine. Aún así, el proyecto pintaba tan bien, que la Paramount Pictures se interesó en la distribución. Fue filmada en 1975, en la República Dominicana y hasta Óscar de la Renta aceptó encargarse del vestuario de la cinta.
Uno de los personajes centrales de la obra es Chuchupe, la patrona de un burdel que le ayuda al Capitán Pantoja a dirigir a las muchachas que trabajan en el servicio de visitadoras. Vargas Llosa afirmó haberse inspirado en la rumbera cubana Rosa Carmina, estrella del cine mexicano para moldear el personaje de Chuchupe. Al pensar en la adaptación cinematográfica, de inmediato pensó en Rosa para interpretar el personaje. El problema es que Chuchupe era una mujer obesa y decadente y Rosa Carmina aún lucía esplendida en ese momento. Vargas Llosa decidió conservarla en el reparto como “estrella invitada”. El problema sería entonces buscar a la actriz ideal para el singular personaje.
La elegida: Katy Jurado. Vargas Llosa afirma haberse fascinado con Katy al verla actuar años atrás en una obra en Broadway con su entonces marido, el actor estadounidense Ernest Borgnine. El autor afirma que en medio de la obra ambos comenzaron una riña y terminaron liándose a golpes en el escenario. Esta información es imprecisa, pues Katy y Borgnine nunca coincidieron en ninguna puesta en escena, pero la relación tormentosa entre ellos si es real y está bien documentada.
Katy entonces se integró al reparto de la cinta. Efectivamente en ese momento, la actriz había subido de peso, aunque no había perdido ni un ápice de esa fuerte personalidad que siempre la caracterizó, dentro y fuera de pantalla. Y aquí viene lo divertido:
Katy y Vargas Llosa comenzaron a protagonizar una serie de malentendidos y conflictos. El autor acusaba a la estrella mexicana de “diva”; la actriz lo acusaba de ser un director neófito. Para colmo, en plena filmación, una tormenta asolo la República Dominicana y arrasó con los decorados. Vargas Llosa afirma que el peor huracán era Katy Jurado. El autor relata que la actriz pedía avión privado, lanchas para poder pasearse con su familia en la región y un sanitario de uso exclusivo para ella, cerrándolo con cadena y dejando al staff, en su mayoría hombres, limitados a usar un solo baño para una treintena de individuos. También paró la filmación al afirmar que los guerrilleros le habían saqueado el camerino y exigió seguridad privada. Literalmente la estrella acabó con el presupuesto. Todo el staff de la cinta acabó por refugiarse en una casa que Rosa Carmina poseía en Punta Cana y que generosamente prestó para alojar al equipo. Jurado se peleó con todos menos con Rosa. En el día de la celebración de la Independencia de México, a Katy se le pasaron las copas y comenzó a insultar a los españoles. Error: la mayor parte del staff eran españoles, quienes resultaron muy ofendidos. Katy al calor de las copas tropezó en un jardín ¡y las hormigas rojas la picotearon! Nadie del ofendido staff corrió a auxiliarla y la actriz terminó en el hospital, parando la filmación por completo.
La historia termina así: el hastiado Vargas Llosa decide cancelar el contrato de Katy y la envía de vuelta a México aunque aún tenía un par de escena por rodar. ¿Cómo resolver su ausencia? Fácil. Vargas Llosa contrató a la esposa de un militar de la zona, cuyo físico se asimilaba al de Jurado y filmó las escenas con Chuchupe de espaldas y tapada con una sombrilla. La indignada diva del cine demandó penalmente a Vargas Llosa y afirmó en conferencia de prensa que ella había abandonado la filmación debido a que Vargas Llosa pretendía obligarla a filmar una escena donde tendría “acercamientos carnales malsanos ¡con un enano!
Esa es la historia de que como Vargas Llosa terminó su “carrera” como cineasta al toparse con el “Huracán Katy Jurado”….
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