Por Luis Miguel Romero
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Solo un puñado de actrices latinoamericanas han tenido la oportunidad de consagrarse como primeras figuras en el cine de Hollywood. De ese puñado, sobresalen unas pocas mexicanas. Una de ellas, es a quién va dedicado este espacio de #Divas. Fue una mujer de una poderosa presencia escénica, enorme talento histriónico y una interesante belleza. Se trata de la mítica Katy Jurado.
María Cristina Estela Marcela Jurado García nació el 16 de enero de 1924 en la Ciudad de México. Fue una de los tres hijos de Luis Jurado Ochoa, abogado y terrateniente, y de la otrora cantante Vicenta Estela García. La actriz afirmaba que su familia llegó a ser dueña de vastos terrenos en lo que hoy es el territorio de Texas. En su familia había figuras públicas destacadas. Fue sobrina del compositor Belisario de Jesús García y del político y presidente de México Emilio Portes Gil. Además, su padrino de quince años fue el actor Pedro Armendáriz. Desde niña, Katy destacó por su fuerte carácter y singular y llamativa belleza, en la que se adivinaban rasgos gitanos andaluces que heredó de su abuelo.
Katy creció en el barrio Guadalupe Inn de la capital mexicana y soñaba con estudiar una carrera “convencional”. En 1941, conoció al cineasta Emilio “Indio” Fernández, quién le ofreció el rol estelar de su ópera prima en el cine, “La isla de la pasión”. Pero Katy encontró la negativa de su conservadora familia para dedicarse a la actuación..
Fue justo en parte para liberarse del yugo paterno que Jurado contrajo matrimonio en 1940 con el joven actor Víctor Velázquez. Fruto de ese matrimonio nacieron sus dos hijos, Víctor Hugo y Sandra. Cómo era de adivinarse, el matrimonio no prosperó y concluyó en 1943.
Libre ya del yugo matrimonial, Katy decidió entonces aceptar con atención las ofertas de trabajar en el cine. En 1943, debutó en la Gran Pantalla en la película “No matarás", dirigida por Chano Urueta. Esta película marcó el inicio de una fructífera carrera. Gracias a su actuación en cintas como “La vida inútil de Pito Pérez” (Miguel Contreras Torres, 1943), “Nosotros los pobres” (Ismael Rodríguez, 1948), “El seminarista” (Roberto Rodríguez, 1949) y “Cárcel de mujeres” (Miguel M. Delgado, 1951), Katy se convierte en una gran estrella en el marco de la llamada “Época de Oro del Cine Mexicano”. Específicamente, Katy ganó popularidad por su caracterización de sensuales vampiresas, villanas y “femme fatales”. A ello contribuyó su singular belleza, conformada por unos ojos negros de penetrante mirada, labios carnosos, piel canela, figura curvilínea, fuerte personalidad y una voz grave y sensual. Es decir, una belleza que rompía con los cánones de belleza clásicos marcados por el cine de la época.
Fue justo su exótica belleza la que le abrió las puertas de Hollywood. Katy es descubierta en México por el cineasta estadounidense Budd Boetticher y el popular actor de Hollywood John Wayne, director y productor, respectivamente, de la película “The Bullfighter and The Lady” (1951). Ellos insistieron a Katy para que se integrara al elenco de la película. A regañadientes, y sin hablar una sola palabra de inglés, la temperamental actriz aceptó el proyecto. Su actuación en esta cinta la puso en la mira de los productores de Hollywood. Un año después, Katy ya co-estelarizaba la película western “High Noon”, bajo la dirección de Fred Zinnemann y compartiendo cartel con Gary Cooper y Grace Kelly. Y entonces, Jurado hace historia: obtiene el premio Golden Globe como Mejor actriz de soporte, siendo la primera actriz latinoamericana en ser distinguida con este premio. Y para cerrar con broche de oro ese año de 1952, Jurado filma en México la cinta “El bruto”, bajo la dirección de Luis Buñuel, obteniendo el Premio Ariel como Mejor actriz co-estelar.
Los proyectos para Katy continúan en Hollywood. En 1953 filma “Arrowhead” al lado de Charlton Heston y es dirigida por Henry Hathaway en la cinta “The Racers” (1954), compartiéndo créditos con Kirk Douglas.
En 1954, la actriz mexicana Dolores del Río (predecesora de Katy en Hollywood), se ve imposibilitada para filmar la cinta “Broken Lance”, de Edward Dmytryk, estelarizada por Spencer Tracy. Jurado es llamada para reemplazarla, y pese a las dudas que había sobre su desempeño debido a su juventud, dió cátedra de actuación y vuelve a hacer historia: Katy obtiene una nominación al Premio Óscar como Mejor actriz de soporte, siendo la primera actriz latinoamericana en obtener dicha distinción.
El resto de la década de los 1950’s, Katy trabaja sin descanso en Hollywood. Filmó “Trial” (1955), al lado de Glenn Ford, obteniendo de nuevo una nominación al Golden Globe. Posteriormente filma “Trapeze” (1956), con Burt Lancaster y Tony Curtis; “Man from Del Rio” (1956), junto a Anthony Quinn, siendo esta la segunda cinta en la historia de Hollywood protagonizada por dos mexicanos (la primera fue “Laughing Boy”, en 1934, con Ramón Novarro y Lupe Vélez), y “The Badlanders” (1958), con Ernest Borgnine y Alan Ladd. También participó en algunas series de televisión.
Aquí cabe abrir un paréntesis para destacar un detalle significativo en la vida de Katy: su segundo matrimonio con el actor estadounidense Ernest Borgnine, a quien conoció en México en 1952. Luego de que Borgnine insistió mucho, y tras unos años de noviazgo, la pareja contrajo nupcias en 1959. Y vaya que pretendientes no le faltaban en Hollywood. De ellos sobresalen John Wayne, Tyrone Power, Frank Sinatra y Marlon Brando. Con este último, tras un breve romance, Katy forjó una sólida amistad. De allí la participación de Jurado en la única cinta que Brando dirigió: “One Eyed Jacks” (1960).
En los 1960s, la carrera de Katy brilla también del otro lado del Atlántico. Junto a Borgnine, actuó en producciones europeas de Dino de Laurentiis como “Barabba” (1961) y “I Braganti Italiani” (1961). También regresó al cine mexicano. En 1962, compartió créditos con María Félix en la cinta mexicana “La bandida”.
Sin embargo, su vida emocional atravesaba serias dificultades. Su matrimonio con Borgnine fue sumamente tórrido, rayando en lo violento. La actriz afirmó haber sido víctima de maltrato verbal y físico de parte de su marido. Jurado y Borgnine se divorciaron en 1963. Tras una severa depresión, la actriz decidió establecerse de nuevo, y de forma definitiva en México, alternando su carrera con proyectos en ambos lados de la frontera. En 1968 actuó junto a Elvis Presley en la cinta “Stay Away Joe”.
Un aspecto importante a destacar en su carrera es que, aunque el teatro no era de su agrado, Jurado realizó dos montajes teatrales en Broadway: “Filomena Marturano” (1956) y “The Red Devil Battery Sign” (1973).
En la década de los 1970s, la carrera de Jurado toma nuevos bríos. Actuó a las órdenes de Sam Peckinpah en el clásico de culto del género western “Pat Garret & Billy The Kid” (1972). En 1973, la actriz realizó el que, para ella, fue el mejor papel de su carrera en el segmento “Caridad” de la antología “Fé, Esperanza y Caridad”, en la que actuó bajo la dirección de Jorge Fons. Su desgarradora interpretación de una mujer de barrio víctima de abusos burocráticos, le valió el Premio Ariel como Mejor Actriz. Otros destacados proyectos de esta década fueron “Los albañiles” (Jorge Fons, 1975) y “La viuda de Montiel” (Miguel Littin, 1977).
En la década de los 1980s, Katy actúa en proyectos como “La seducción” (1980), bajo la dirección de Arturo Ripstein y una biopic en Hollywood sobre Evita Perón, realizada en 1981 y protagonizada por Faye Dunaway. Mientras filmaba la cinta “Barrio de campeones” (1981) en México, Katy recibe el impacto de la muerte de su hijo Víctor Hugo en un trágico accidente vial. A pesar de su pena personal, la actriz todavía apareció en proyectos como la cinta “Under The Volcano” (1984), bajo la dirección de John Huston y el malogrado sitcom estadounidense “a.k.a. Pablo”, de la cadena ABC.
En la década de los 1990s, Katy retomó su carrera. Actuó en las telenovelas mexicanas “Más allá del puente” (1993) y “Te sigo amando” (1996), de la cadena Televisa. En 1998 regresa al cine bajo la dirección de Arturo Ripstein en la cinta “El evangelio de las maravillas”, con la que obtuvo el cuarto Premio Ariel de su carrera (el tercero fue en reconocimiento a su trayectoria, en 1997). En ese mismo año se despide de Hollywood con una breve actuación en la cinta “Hi-Lo Country”, de Stephen Frears.
En los últimos años de su carrera Katy vivió rodeada de homenajes y reconocimientos (como una canción que le compuso Juan Gabriel en 1997). Sin embargo, la salud de la actriz mermó significativamente, complicándose con problemas pulmonares y renales. En 2001 filmó la película “Un secreto de Esperanza”, de Leopoldo Laborde. Ya no pudo ver la cinta estrenada. La mítica Katy Jurado falleció el 5 de julio de 2002 en la ciudad de Cuernavaca. Sus restos mortales fueron depositados en el Panteón de la Paz de dicha ciudad.
Hoy en día, la presencia de actrices mexicanas en particular, y latinas en general, es cada vez más común en Hollywood. Para esta realidad, hubo a quiénes les tocó sembrar la semilla. Una de ellas fue Katy Jurado, uno de los valores más grandes que ha dado México en el campo de la actuación en general, y en el Séptimo Arte en particular.
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