Por Luis Miguel Romero
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Mucha gente cree, aún en pleno siglo XXI, que el tema de la diversidad sexual es algo muy reciente, una suerte de moda o tendencia. Sabemos, sin embargo, que la diversidad sexual es algo que ha acompañado al ser humano desde su origen como especie habitante de este planeta. Por desgracia, hasta épocas muy recientes, se ha descubierto y difundido y aceptado socialmente esa naturaleza sexualmente diversa que poseemos como especie. Los medios de comunicación, específicamente los más masivos como el cine y la televisión, a raíz de su aparición y auge, ya bien entrado el siglo XX, han explorado y plasmado en las pantallas todas las emociones, sensaciones y aspectos culturales, religiosos, históricos, sociales, emocionales y, por supuesto, sexuales del ser humano.
Hablando específicamente del cine, la diversidad sexual, en todas sus manifestaciones, ha estado presente en la historia del Séptimo Arte desde sus albores y, obviamente, el cine mexicano no ha sido la excepción. ¿Cómo ha abordado el cine de México el tema de la diversidad sexual en medio de una sociedad y un público de un país donde el machismo y el catolicismo están tan arraigados? Demos un breve repaso.
La primera cinta mexicana que tocó el tema de la diversidad sexual fue “La casa del ogro” (Fernando de Fuentes, 1938). Basada en una novela de Emile Zolá, la cinta aborda temas citadinos, alejándose del género ranchero predominante en la cinematografía mexicana de la época. Fue protagonizada por Fernando Soler, y en la cinta aparece “Don Pedrito”, interpretado por Manuel Tamés, un hombre maduro homosexual con todos los estereotipos y clichés caricaturescos comunes en la época para representar a un hombre gay.
Ya en pleno auge de la llamada Época de Oro del cine mexicano, se filma “Me ha besado un hombre” (Julián Soler, 1944). La cinta narra la historia de una muchacha que se hace pasar por un hombre y termina seduciendo al más macho de los hombres, haciéndolo dudar de su sexualidad. Un argumento muy gastado pero muy efectivo, pues ha generado varias versiones. Esta versión original fue estelarizada por María Elena Marqués y Abel Salazar. A esta versión le siguieron “Yo soy muy macho” (José Díaz Morales, 1953), con Silvia Pinal y Miguel Torruco; “Me ha gustado un hombre” (Gilberto Martínez Solares, 1962), con Tere Velázquez y Julio Alemán, y “Quisiera ser hombre” (Abel Salazar, 1989), con Lucero y Guillermo Capetillo.
En 1950 se estrena la cinta “¿Qué te ha dado esa mujer?”, de Ismael Rodríguez, secuela de la cinta “A toda máquina” (1950) y protagonizada por los populares Pedro Infante y Luis Aguilar, quienes interpretan a una pareja de agentes de tránsito que comparten una amistad muy peculiar y un pacto de permanecer solteros. Esta cinta es exhibida en la actualidad en muchos festivales de cine LGBT+ en el mundo. El cineasta Ismael Rodríguez afirmó que había tintes homosexuales en la amistad de los protagonistas. Pero decir esto a los “machos” fans de Pedro Infante es casi sacrílego.
En 1951, se estrena “Muchachas de uniforme”, de Alfredo B. Crevenna, todo un clásico del cine mexicano de temática lésbica. Basada en la novela de Christa Winsloe, fue protagonizada por Marga López y marcó el debut en México de la estrella italiana Irasema Dilián. El idilio entre una alumna y su maestra, provocó que la película fuera un escándalo y poco exhibida hasta el día de hoy. Es la primera cinta mexicana en abordar de una forma más seria y directa la diversidad sexual. Y es que, curiosamente, la homosexualidad femenina ha sido, en términos generadles, menos censurada que la masculina.
Ya en la década de los 1960s, el tema LGBT+ va tomando fuerza en los argumentos de las películas mexicanas. La cinta “Modisto de señoras” (René Cardona Jr., 1969), forma parte de la serie de películas picarescas protagonizadas por el mítico galán del cine mexicano Mauricio Garcés. Aquí, Garcés encarna a un hombre que se hace pasar por un modisto homosexual llamado “D’Maurice”. Esta situación lo mete en una serie de líos de faldas...y de pantalones, pues en su farsa también despierta el interés de varios caballeros. En 2016, se hizo una versión moderna de esta cinta llamada “Macho”, estelarizada por Miguel Rodarte donde, a diferencia de la primera, se explora más en la ambigüedad sexual del protagonista.
En los 1970s, la Revolución Sexual y “el destape” alcanza al cine mexicano. En “Las bestias jóvenes” (José María Fernández Unsáin, 1970), se relatan las vivencias de cuatro chicas, según la línea melodramática de la época, y allí vemos un creciente romance entre los personajes encarnados por las actrices Jacqueline Andere y Alma Delia Fuentes. La cinta muestra el primer beso lésbico “oficial” de la cinematografía mexicana.
Del mismo cineasta, y del mismo año, es la cinta “Tres noches de locura”. Se trata de una antología de tres películas que protagonizan Maricruz Olivier, Fanny Cano y Jacqueline Andere. En el segmento que protagoniza esta última, vemos a una Andere encarnando a una mujer que pierde la razón tras ser plantada en el altar por su novio, encarnado por Enrique Álvarez Félix, quién no puede esconder su evidente homosexualidad (en la realidad y en la ficción).
En 1971 se estrena “La primavera de los escorpiones”, dirigida por Francisco del Villar.
La cinta está basada en una novela del dramaturgo Hugo Argüelles. En ella, Isela Vega encarna a una disipada actriz de cine que termina enredándose en un triángulo amoroso con una pareja gay encarnada por Enrique Álvarez Félix y Milton Rodrígues. Esta historia, que concluye en una tragedia pedófila, toma como marco el bello lago de Valle de Bravo. Tal vez parte de la polémica que generó la cinta, surge de ver a Enrique Álvarez Félix en un personaje abiertamente homosexual, dados los rumores que siempre existieron en torno a la vida privada del actor.
La siguiente cinta que abordó la diversidad sexual en la cinematografía nacional fue “Fin de fiesta” (Mauricio Wallerstein, 1972).La historia gira en torno a un respetado aristócrata encarnado por José Gálvez y el trágico asesinato de su amante masculino, todo en medio de una fiesta de jóvenes aristócratas. La dichosa fiesta deriva en una orgía en la que intervienen unos pandilleros. Un cadáver aparece en medio de la piscina, y los pandilleros aprovechan la situación para negarse a abandonar la fiesta, a riesgo de denunciar a la policía la aparición del muerto. En medio de una singular galería de personajes, aparece “Doña Beatriz” (Sara García), la dulce madre del protagonista.
Esta película causó un tabú en su estreno en enero de 1972. Para muchos resultó perturbador ver a un personaje icónico del cine nacional, la dulce Doña Sara García, transformado en una violenta asesina homófoba.
La primera irrupción de una mujer trans en la cinematografía nacional ocurre en esta misma década de los 1970s. Fue el cineasta, dramaturgo, músico, poeta y loco Alejandro Jodorowsky quién presentó por primera vez en una película a una mujer trans. Ellas fueron la actriz, vedette y artista plástica Terry Holiday y la modelo, trabajadora sexual y actriz ocasional Gina D'Bico. Ambas aparecieron como extras en el filme "La montaña sagrada", en 1972. Terry puede considerarse como la primera actriz trans en trabajar en el cine nacional. Ella también aparece en papeles secundarios en cintas como "Noches de cabaret" (Rafael Portillo, 1978), "La vida difícil de una mujer fácil" (José María Fernández Unsaín, 1979) ,"Cuando tejen las arañas" (Roberto Gavaldón, 1979) y más recientemente en "Acorazado" (Álvaro Curiel, 2010).
Y ya que se menciona la cinta "Noches de cabaret", cabe señalar que allí también aparece, entre el ensamble de vedettes, la mítica vedette Francis. Con Francis existe cierta confusión, pues por presiones de los medios, ella siempre se presentó públicamente como un travesti. Lo cierto es que Francis era en realidad una mujer trans. Ella debutó en el cine en la mítica cinta "Bellas de noche" (Miguel M. Delgado, 1975), cinta que marcó el inicio de la saga del llamado Cine de ficheras. Luego de triunfar y volverse una celebridad mediática gracias a su faceta como vedette y su espectacular show de transformismo, Francis incursionó en algunas cintas cómicas mexicanas de los 1980s (en las llamadas Sexycomedias). Incluso protagonizó la película cómica "De super macho a super hembra" (Alfredo B. Crevenna, 1989). Lo malo de estas cintas, es que mostraban la transexualidad como cosa de broma y mofa.
Tal vez la cinta de temática LGBT+ más icónica de México es “El lugar sin límites” (Arturo Ripstein, 1978). Esta cinta nos regaló a un personaje entrañable: “La Manuela”, encarnada por Roberto Cobo. “La Manuela” es un travesti que trabaja en un cabaret y que termina levantando la pasión de un típico machito arrogante y mujeriego (encarnado por Gonzalo Vega). La cinta pasa a la historia, pues nos regala el primer beso gay en la historia del cine mexicano. La película (premiada internacionalmente), está basada en la novela de José Donoso.
En 1978 se estrena “Alucarda”, de Juan López Moctezuma. La cinta es un clásico del cine de terror gore mexicano, basado en la novela “Carmilla”, de Joseph Sheridan LeFanu. La demoníaca “Alucarda” (Tina Romero), desata todo un caos en el convento donde se crió. El romance entre la protagonista y la joven “Justine” (Susana Kamini), es considerado una pieza clásica del cine lésbico nacional.
Todo un clásico del cine lésbico mexicano es “Tres mujeres en la hoguera” (Abel Salazar, 1979). La historia gira en torno a “Gloria” (Maricruz Olivier), quién es invitada junto con su joven amante, “Susy” (Maritza Olivares), a pasar un fin de semana en Puerto Vallarta en la casa de unos amigos, “Mané” (Pilar Pellicer) y “Alex” (Rogelio Guerra). El drama de pasiones tormentosas, rencores y deseos, deriva en una polémica escena de una orgía entre los cuatro personajes.
La película levantó aún más las sospechas acerca de la supuesta homosexualidad de las actrices Maricruz Olivier y Maritza Olivares. Una jovencísima Daniela Romo también aparece en la cinta, en un breve cameo.
La primera vez que se aborda el tema de la transexualidad de manera formal en el cine mexicano ocurre en 1981, en la polémica cinta "Las apariencias engañan", dirigida por el llamado "padre espiritual" del cine LGBT+ mexicano: Jaime Humberto Hermosillo. Allí, la actriz cisgénero Isela Vega, interpreta el papel de una mujer trans que vuelve loco de amor y pasión a un hombre interpretado por el actor Gonzalo Vega. En la cinta, incluso aparecía una escena donde, gracias a la magia de los efectos especiales, Isela Vega aparecía desnuda y mostrando su miembro genital (fue doblada por la modelo trans Pamela Baeza). Hoy en día, esta cinta es considerada pieza de culto, pero en su momento fue censurada y prohibida.
Otra obra cumbre del cine LGBT+ mexicano es ‘‘Doña Herlinda y su hijo” (1984). Fue dirigida también por Jaime Humberto Hermosillo y la historia nos lleva a Guadalajara, donde vemos una historia de amor homosexual entre dos hombres, misma que es muy bien “disimulada” ante la rígida y conservadora sociedad tapatía por Doña Herlinda, madre de uno de los protagonistas.
En 1986 se estrena ‘’El hombre de la mandolina”, de Gonzalo Martínez Ortega. Historia ambientada en la década de los 1950s en la que “Doña Fina” (Rosita Quintana), descubre que su hijo es homosexual. Esto se convertirá en el derrumbe de la vida de la mujer, negándose a aceptar la naturaleza de su hijo por prejuicios y temores absurdos. La mujer termina por encerrar a su hijo para así acallar cualquier habladuría ante la sociedad.
En ese mismo año se estrena “Mujeres salvajes”, cinta dirigida por Gabriel Retes. En ella vemos a un grupo de mujeres que escapan de una penitenciaría y terminan refugiándose en una playa remota. Allí, las mujeres explorarán el lado más salvaje de su personalidad, incluyendo pasiones y placeres entre ellas mismas. Todo se complica cuando un grupo de hombres, aparecen en sus dominios para perturbar su vida.
La primera biopic sobre la vida de la mítica artista mexicana Frida Kahlo es “Frida: naturaleza viva” (Paul Leduc, 1986). Frida es encarnada magistralmente por la actriz Ofelia Medina. La biopic abarca todos los aspectos de la vida de Frida, incluyendo su bisexualidad y sus aventuras amorosas con mujeres.
En 1994 se estrena “La reina de la noche”, de Arturo Ripstein. Se trata de una película biográfica sobre la vida de Lucha Reyes, la mítica cantante mexicana de música vernácula de los años 1930s y 1940s. Lucha, interpretada por la actriz Patricia Reyes Spíndola, era bisexual, y sus aventuras amorosas lésbicas, son retratadas en la cinta.
Una de las películas mexicanas de mayor reconocimiento en el extranjero es “El callejón de los milagros” (Jorge Fons, 1995). La cinta se divide en tres historias principales; una de ellas es la de “Don Rutilio” (Ernesto Gómez Cruz), un pater familis mexicano, macho y de edad madura, que decide sacar a flote su homosexualidad reprimida sin importarle las críticas y comentarios de la gente.
De 1996 es “Dulces compañías”, cinta dirigida por Óscar Blancarte. La película, del género de suspenso, narra las aventuras de un trabajador sexual, quién resulta ser un asesino serial (Ramiro Huerta). Su primera aventura ocurre con una maestra deseosa de pasión y compañía masculina (Ana Martin). La segunda, y más fatídica, es su aventura con un hombre homosexual de edad madura (Roberto Cobo).
Ya en la década de los 1990s, la transexualidad comienza a ser abordada de forma mucho más seria, aunque todavía de forma muy discreta en la cinematografía nacional. En 1999, el actor Eduardo Palomo encarnó a una mujer trans en el trabajo sexual en la cinta "Crónica de un desayuno", de Benjamín Cann. Ya en los 2000s, la presencia de actrices trans en las películas nacionales vuelve a tomar fuerza.
La actriz Alejandra Bogue debutó formalmente en el cine en la película "Sin ton ni Sonia" (Carlos Sama, 2002), luego de incursionar en varios cortometrajes. Bogue ha sido parte del elenco de cintas como "Tercera llamada" (Francisco Franco, 2013), "No se aceptan devoluciones" (Eugenio Derbez, 2013) y "El viaje de Keta" (Julio Bekhor, 2019).
En 2001, los “charolastras” Gael García Bernal y Diego Luna, protagonizan “Y tu mamá también”, de Alfonso Cuarón, cinta que narra, en pocas palabras, una farra de antología que se montan dos viejos amigos. En medio de una aventura que incluye sexo, drogas y rock n’ roll, los dos amigos terminarán brindándose cariño el uno al otro, regalandonos uno de los besos más comentados del cine mexicano.
En épocas más recientes, el cine mexicano ha abordado la diversidad sexual de una forma más recurrente. Ejemplo de ellos son cintas como “El cielo dividido” (Julián Hernández, 2006), filme que narra un fatídico romance entre una pareja de jóvenes homosexuales.
Mención especial merece “La otra familia” (Gustavo Loza, 2011), en la que Jorge Salinas y Luis Roberto Guzmán, encarnan a una pareja gay que atraviesa un gran desafío el día que un niño llega a sus vidas. El niño es abandonado por una madre adicta y la joven pareja decide adoptarlo, comenzando a vivir como una familia feliz. El drama llega cuando la madre reaparece para reclamar a su hijo, ofreciéndole un futuro completamente opuesto al que le ofrece la feliz pareja. La sociedad, el gobierno y los prejuicios, interfieren en la estabilidad y felicidad del niño.
“Cuatro lunas” (Sergio Tovar Velarde, 2012) es una de las cintas LGBT+ mexicanas más celebradas en los últimos años. El amor homosexual es visto desde cuatro ángulos distintos: el de un joven que comienza a descubrir y vivir su despertar homoerótico, la de una joven pareja de amigos de la infancia que descubren su amor tras reencontrase años después, la de una pareja adulta con una década de relación que comienza a sufrir el desgaste en la misma, y la de un hombre maduro que vive su sexualidad de manera tardía a través del sexoservicio.
En 2014, el tema de las mujeres muxe de Oaxaca, es abordado en la cinta “Carmín tropical”, de Rigoberto Perezcano. La cinta, protagonizada por José Pescina, cuenta la historia de “Mabel”, es una muxe que busca al asesino de su amiga Daniela. Durante su viaje conoce a “Modesto”, un taxista que le hace recordar su época en la que era una de las cantantes de cabaret más reconocidas de la comunidad, lo que dejó por ir en busca del amor de un hombre.
En 2015 se estrena “Te prometo anarquía”, de Julio Hernández Cordón. En medio de conflictos de calle y problemas con la mafia del mercado negro, la cinta baorda el surgimiento de una relación amorosa entre “Miguel” y “Johnny”, dos jóvenes pertenecientes a la tribu urbana de los skaters.
Del mismo año es la cinta “Eisenstein en Guanajuato”, de Peter Greenaway. La película es coproducida entre México y varios países europeos y cuenta el paso del célebre cineasta soviético Sergei Eisenstein en México mientras filmaba la cinta “¡Que viva México!” (1931) En el país azteca, el cineasta vivirá su despertar homoerótico y unas aventuras y placeres que nunca había disfrutado en otros sitios.
En 2015, bajo la dirección de Fernando Urdapilleta, llega la cinta "Estrellas solitarias", quizá la segunda cinta mexicana en abordar el tema de la transexualidad de forma más detallada desde "Las apariencias engañan". La interpretación de la actriz Dana Karvelas le valió varios reconocimientos internacionales, entre ellos el premio de Mejor actriz en el Feratum Fest, algo insólito para una actriz trans en el cine nacional. Karvelas ha continuado su carrera como actriz, apareciendo en filmes como "Deseo, deseo" (Eduardo M. Clorio, 2016) y "Los visitados" (Carless Jofre, 2020).
En 2020 se estrena la cinta “El baile de los 41”, de David Pablos. La película aborda, de manera ficcionada, la vida de Ignacio de la Torre y Mier, político de principios del siglo XX y yerno del dictador Porfirio Díaz. La homosexualidad de Nachito era un tabú, mismo que se salió de control tras su participación en “el baile de los 41”, una fiesta de hombres homosexuales que fue descubierta por las autoridades y que provocó un escándalo en la sociedad de la época.
El tema de las mujeres muxe es abordado de nueva cuenta en el cine nacional en “Finlandia” (Horacio Alcalá, 2022). La cinta habla de las historias y dramas de un grupo de mujeres muxe. La cinta está protagonizada por Noé Hernández y Cuauhtli Jiménez.
Cuauhtli Jiménez encarna por segunda ocasión a una mujer trans en la cinta “¡Que viva México!” (Luis Estrada, 2022).
Y hablando de mujeres trans, es importante reconocer su presencia y representación en cintas como "Sexo, pudor y lágrimas 2" (Alonso Iñiguez, 2022), en donde aparece la modelo e influencer Victoria Volkóva; “Maquíllame otra vez” (Guillermo Calderón, 2022), con la actriz y comediante Eliza Sonrisas; “El sueño de ayer” (Emilio Maillé, 2022), donde aparece la actriz intersexual española Raquel Martínez, y “Lluvia” (Rodrigo García Sáiz, 2023), con la presencia de la actriz y cantante Morganna Love.
Quizá por allí aún faltan algunas otras cintas LGBT+ que han enriquecido la cinematografía mexicana, pero por ahora, rescatamos algunas de las más destacadas. El valor de estas películas radica en la visibilidad que han dado a la diversidad sexual, desde diversas perspectivas, mismas que ayudan a sensibilizar la diversidad sexual en los espectadores. Si en algo han contribuido estas películas para aportar un granito de arena en la lucha por el respeto y dignificación de la comunidad LGBT+ mexicana ¡Enhorabuena! Y lo mejor está por venir.
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