Por Luis Miguel Romero
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Sin lugar a dudas, los años 1930s y 1940s son recordados como los más glamorosos de Hollywood. Era la época en que las grandes divas de la pantalla lucían como auténticas diosas con estolas, abrigos, encajes, perlas, tocados, sedas y satenes, mientras que los caballeros lucían regios, como auténticos maniquíes enfundados en sus fracs, sombreros de copa y zapatos de charol impecablemente brillantes. Uno de los muchos que contribuyeron a este maravilloso caldo de glamour de Hollywood, fue el gran modisto y diseñador Orry-Kelly.
Su nombre real era Orry George Kelly. Nació en Kiama, Nueva Gales del Sur, Australia, el 31 de diciembre de 1897. Su nombre de “Orry” se lo debe a un legendario rey de la Isla de Man, de donde su padre era oriundo. Su padre fue sastre (de allí heredó su gusto por la costura). Desde niño manifestó su orientación homosexual. Le gustaba jugar con muñecas y confeccionarles vestidos en la maquina de coser de su padre. Cuando su padre lo sorprendió, rabioso, destrozó la máquina.
Cuando tenía 17 años se instaló en Sidney (huyendo un poco del yugo paterno) para trabajar en un banco, pero fue el teatro lo que llamó su atención.
Su gusto por la actuación lo llevó a perseguir el sueño de Hollywood, llegando a los Estados Unidos a mediados de los años 1920s. Intentó enrolarse en el ejército, pero fue expulsado por su gusto por la parranda y el alcohol. Consiguió entonces empleo en la filial de la Costa Este de los estudios de la Fox. Fue contratado como diseñador de modas luego de que los ejecutivos del estudio quedaron impresionados por un mural que Orry pintó en un club nocturno de Los Ángeles.
Durante ese periodo de tiempo, Orry compartió departamento con un joven llamado Archibald Alec, que buscaba hacer carrera en el cine. La apostura de este joven le consiguió rápidamente un sitio en Hollywood, donde se convirtió en un mito con el nombre de Cary Grant.
Orry-Kelly pronto ganó un enorme prestigio en Hollywood. Estudios como la Warner, la Metro y la Fox, le contrataron de manera masiva para vestir a sus estrellas.
Y es que los diseños de Orry estaban dotados de un gusto muy exquisito y en un dominio total sobre las telas y los materiales. Kelly analizaba a la perfección el físico y personalidad de cada una de sus estrellas para crearles diseños únicos que armonizaran con ellas a la perfección. Su trabajo esta plasmado en clásicos del cine como "42Th Street" (1932), "Madame DuBarry" (1934), "The Petrified Forest" (1936), "Arsenic and Old Lace" (1938), "The Maltese Falcon" (1941), "Casablanca" (1942), "An American in Paris" (1951), "Auntie Mame" (1958), "Some Like It Hot" (1959) e "Irma la Douce" (1963), entre muchas otras más. Y chequen a las auténticas beldades a las que vistió:
Ginger Rogers, Bette Davis, Kay Francis, Katharine Hepburn, Ingrid Bergman, Olivia de Havilland, Claudette Colbert, Dolores del Río, Ava Gardner, Marlene Dietrich, Carole Lombard, Mae West, Marilyn Monroe, Jane Fonda, y muchas otras más.
Fue amigo y admirador cercano de la diva mexicana Dolores del Río, a quién diseñó una serie de vestidos tipo jersey que realzaban su esbelta y elegante figura: Orry decía:
“¿Dolores era narcisista? Probablemente sí. Pero tenía razón. Se miraba en el espejo y se veía hermosa, como una diosa griega”
Se cuenta que el vestuario que diseñó para la película "Casablanca" era simplemente “perfecto”. No tenía falla alguna. Su buen gusto hizo que, al diseñar el vestuario femenino de los actores Tony Curtis y Jack Lemmon para la película "Some Like It Hot", estos pudieran pasar desapercibidos en el vestidor de mujeres, pues no lucían toscos y disfrazados al travestirse. No en balde, ganó tres Premios Óscar de La Academia de Hollywood, más que ningún otro australiano en la historia.
Por desgracia, un cáncer de hígado, derivado de su alcoholismo, llevó a Orry-kelly a la tumba un 27 de febrero de 1964, a los 66 años de edad. Murió en el olvido.
Su vida amorosa fue fascinante. Kelly era homosexual, y su gran amor fue su antiguo room mate Cary Grant. Esto lo reveló el propio diseñador en su libro de memorias "Women I’ve Undressed" (Las mujeres a las que he desnudado). Orry le ayudó a Grant a hacerse camino en Hollywood. Incluso se dice, fue él quién “diseñó” esa imagen pulida de gentleman que caracterizó al actor en el cine. La homosexualidad de Cary Grant siempre fue un rumor que sonó con fuerza. La reciente aparición de las memorias de Orry-Kelly lo confirman. Grant fue uno de los pocos que acudieron al sepelio de Kelly e incluso cargó el féretro. Ellos ya no eran amigos. Orry quedó resentido cuando Grant lo abandonó al encontrar el estrellato.
Aquí un fragmento del documental "Women He’s Undressed", sobre la vida de Orry-Kelly y dirigido por Gillian Armstrong en 2016.
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