Por Luis Miguel Romero
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En el año de 1997, el género de la telenovela cumplía 39 años de existir en México, y de esas casi cuatro décadas de existencia, por lo menos llevaba dos de reinar absolutamente en el medio de la televisión. Pero era un hecho que el género ya comenzaba a desgastarse; ya casi todo se había contado. Pero de forma inesperada, en ese medio de "Cenicientas" y "Romeos y Julietas" que dominaba en la telenovela en cuanto a temáticas, de repente aparece una historia que no solo rompe récords de audiencia, sino que también viene a revolucionar la forma de contar historias en televisión, la forma de abordar los temas y otros aspectos técnicos. En este espacio de #Telenovelas, hablaremos de "Mirada de mujer", telenovela producida en 1997 por Televisión Azteca y Argos Televisión.
Dicen algunos que los "remakes" (coloquialmente llamados "refritos") de telenovelas, están destinados al fracaso y difícilmente superan a sus versiones originales. Pues no siempre se cumple esta regla. "Mirada de mujer" es una remake, o mejor dicho, una adaptación mexicana de la telenovela colombiana "Señora Isabel", producida por la cadena Coestrellas y estelarizada por Judy Henríquez y Luis Mesa en 1993. La historia fue escrita por el autor Bernardo Romero Pereiro y por la periodista Mónica Agudelo. Pereiro se basó ligeramente en la miniserie colombiana "La Señora" (1985), que narraba la historia de una mujer madura que decide matricularse en la universidad y concluir una carrera. Sin embargo, Pereiro decidió darle una vuelta de tuerca a su versión de la historia y romantizarla, contando la vida de una mujer madura abandonada por su marido y que termina encontrando el amor en un hombre algunos años menor que ella. Pereiro, una gran analista del alma femenina, hizo algo que difícilmente logran los escritores varones de telenovelas: empatizar con el sentimiento de la mujer. El autor observó y plasmó en su telenovela, los sentimientos y emociones de las mujeres que le rodeaban (su madre, sus hermanas, sus hijas y su esposa, la actriz Judy Henríquez, protagonista de la telenovela). El resultado fue una historia entrañable que cautivó al teleauditorio colombiano.
Tras el éxito logrado en Colombia, la cadena mexicana Televisa, compra los derechos de la historia. Pero por alguna extraña razón, la historia terminó guardada por varios años en el cajón de algunos productores, hasta que los derechos terminaron por caducar. Entonces, la productora Argos Televisión, compró los derechos de la historia y decidió producirlos junto con la aún joven televisora mexicana Televisión Azteca. Argos y Azteca habían logrado una gran mancuerna produciendo telenovelas novedosas, alejadas de los arquetipos rosas de las historias contadas por Televisa. En 1996, se anotaron un gran éxito con la telenovela de tintes políticos "Nada personal".
El actor Ari Telch, fue el primer elegido para unirse al reparto de la historia. Y para la protagonista se tenía contemplada a la actriz Ana Martín. Pero al parecer, Martín superaba un poco la edad que requería el personaje (50 años). Se pensó entonces en Angélica María, pero la actriz y cantante rechazó el proyecto por fidelidad a Televisa. Llegó incluso a plantearse la posibilidad de ofrecerle el personaje a la actriz Elsa Aguirre. Fue Ari Telch quién sugirió entonces a Angélica Aragón, actriz de primer nivel que venía de realizar una serie de exitosas telenovelas en Televisa. Curiosamente Aragón tenía 44 años en ese momento. Sin embargo, aceptó de inmediato el proyecto y no le importó representar una edad mayor para cuadrar con el personaje.
El reparto que se reunió para la historia fue espectacular. Desde actores consagrados como estrellas de televisión como Aragón, Ari Telch, Fernando Luján, Margarita Gralia y Evangelina Elizondo, hasta actores provenientes de teatro y cine como Verónica Langer, Paloma Woolrich o Martha Mariana Castro, así como también nuevos lanzamientos estelares: Bárbara Mori, María Renée Prudencio y Plutarco Haza, entre otros más. A este equipo se le suma la dirección de Antonio Serrano, quién lideró una realización muy diferente a la de las telenovelas de antaño: se grabó en escenarios reales y locaciones, se utilizó luz natural, cámaras de cine, escenas largas de hasta 15 minutos en pantalla y no se utilizó el famoso apuntador electrónico, lo cual representó en gran ejercicio actoral para los actores del reparto.
El tema musical de la telenovelas, también se volvió entrañable. Fue de la autoría de Armando Manzanero e interpretado por la cantante Aranza.
La historia de "Mirada de mujer" es la siguiente:
"María Inés" (Aragón), es una mujer de 50 años de edad que lleva 30 años de matrimonio con "Ignacio San Millán" (Luján), un prominente abogado, con quién ha formado una familia compuesta por tres hijos: "Adriana" (Prudencio), "Andrés" (Haza) y "Mónica" (Mori). Pero un buen día, "Ignacio" decide abandonarla, pues se ha enamorado de "Daniela" (Castro), una mujer a quién casi le dobla la edad. Al dolor de "María Inés" por el abandono de su marido, se suma el constante reproche de sus hijas y de su madre, "Doña Emilia Elena" (Elizondo), quiénes la consideran culpable de su fracaso matrimonial. Solo su hijo, sus amigas "Paulina" (Gralia) y "Rosario" (Langer) y su hermana "Consuelo" (Woolrich), se muestran comprensivos con ella. Su vida está destinada a vivir en soledad, al pendiente de su casa, sus hijos y futuros nietos y esperar a que le llegue la muerte. Pero en medio de su desesperanza, aparece en su vida el escritor "Alejandro Salas" (Telch), un hombre quince años menor que ella y del cual se enamora. Y es que "Alejandro" no la ve como ama de casa, madre o hija, sino que la ve, por primera vez en muchos años, como una mujer.
La historia arrasó con la audiencia mexicana entre mediados de 1997 y principios de 1998. Nunca antes en la televisión mexicana, una mujer madura, que rompía todos los arquetipos de los melodramas televisivos, había levado las riendas de una historia, y mucho menos era común representar, al menos no de una forma tan abierta, una relación de una "Señora" con un hombre más joven. Los únicos casos destacados fueron las telenovelas "Mañana es primavera" (1982) y "Pueblo chico, infierno grande" (1997), pero en esos casos, las protagonistas encarnaban un ideal de belleza madura muy atractiva. Esa situación escandalizó a parte de la audiencia, pues la sociedad es más permisiva con el hombre maduro que se relaciona con una mujer menor. Pero, más allá del romance de la mujer madura y el hombre joven, la clave de la historia era la imagen de superación y dignificación de la mujer madura, capaz de destacar en la vida sin estar a la sombra de un hombre. La telenovela tampoco satanizaba la imagen del hombre, pues el marido de la protagonista no la abandonaba por una simple aventura. Se planteaba que el hombre maduro, también se había enamorado y reencontrado una ilusión en su vida. Además, la historia tocó otros temas como la sexualidad y el amor en la madurez, la violación y el derecho al aborto, los romances interraciales, el cáncer de mama, las mujeres maltratadas, el acoso sexual hacía los hombres y el VIH / SIDA. El éxito de la historia cruzó fronteras y llegó a lugares como los Estados Unidos, España, Australia e incluso a Afganistán. La telenovela fue la primera en emitirse en este último país tras la caída del régimen talibán en 2003.
En medio de la llamada "Guerra de televisoras" en México, la cadena Televisa tuvo que reconocer el éxito de un melodrama producido por su cadena rival y otorgó a Angélica Aragón el Premio TVyNovelas como mejor actriz del año. Aragón se convirtió entonces y de forma inesperada, en una suerte de heroína y modelo a seguir de muchas mujeres que vieron reflejada su historia en el personaje de "María Inés".
En 1999, Azteca realiza la telenovela "La vida en el espejo", una versión de "Mirada de mujer" desde una perspectiva masculina (ahora el hombre era el engañado). En 2003, la televisora decide realizar una secuela titulada "Mirada de mujer: El regreso". Pero a pesar de la expectativa del teleauditorio, la telenovela tuvo un argumento torpe, se alargó de forma innecesaria y se saturó de personajes irrelevantes en la trama. Por ello, parte del público e incluso parte de su equipo de actores, la consideran como no canónica a la telenovela original.
En 2006, la cadena Telemundo realiza un remake titulado "Victoria", con Victoria Ruffo en el rol estelar. En 2021, TelevisaUnivisión, lanza una nueva versión titulada "Si nos dejan", con Mayrín Villanueva en el personaje principal. Sin embargo, y a pesar de su buena manufactura, estas producciones no han logrado siquiera acercarse un poco al éxito de la novela original, a la cual, la revista "Time", en su edición latinoamericana, dedicó una portada en 1998, algo insólito para un melodrama mexicano.
"Mirada de mujer", a pesar del paso del tiempo, es un clásico de la telenovela mexicana, un ejemplo de que el género de la telenovela en México aún está vivo, siempre y cuando se conjunte una buena producción, un buen elenco y por supuesto, una buena historia. Y de estos tres elementos, los hay, y de sobra en México. Todo es cuestión de voluntad y respeto al teleauditorio, ávido de sentarse a disfrutar de buenas historias como antaño.
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