Por Luis Miguel Romero
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Según algunos críticos y expertos en el análisis de los melodramas televisivos mexicanos, esta telenovela ocupa el primer puesto entre las telenovelas mejor logradas en la historia de este género televisivo. Y es que la historia, los diálogos, las actuaciones, y sobre todo, la personalidad de sus personajes, específicamente la de la villana de la trama, fueron completamente redondos y lograron cautivar al teleauditorio. En esa época, las telenovelas paralizaban al país entero, y esta fue el mejor ejemplo de ello. Sin más preámbulo, este espacio e #Telenovelas está dedicado a "Cuna de lobos" (1986).
La historia surge de la inspiración de Carlos Olmos, autor de otros éxitos de las telenovelas mexicanas como “El extraño retorno de Diana Salazar” (1988) y “En carne propia” (1990). Olmos había formado una célebre mancuerna creativa con el productor Carlos Téllez. Téllez contaba con el beneplácito de la cadena Televisa para realizar una historia con libertad luego de haber producido exitosos melodramas como “La pasión de Isabela” (1984) y “Juana Iris” (1985). La exitosa dupla tenía entre sus manos la realización de un proyecto innovador para la televisora.
Resulta entonces que Olmos y Téllez tuvieron la oportunidad de ver una película británica titulada “The Anniversary”. Esta película de 1968 fue dirigida por Roy Ward Baker y en ella, la mítica actriz estadounidense Bette Davis interpretaba a “Mrs. Taggart”, una siniestra mujer millonaria que había perdido un ojo y utilizaba un parche para cubrirlo. En la trama la mujer reunía cada año, en el aniversario de la muerte de su marido (de allí el título de la cinta) a su disfuncional familia (hijos, nueras, yernos, nietos etc.).
La reunión era un calvario para la familia, pues generalmente esta se convertía en el pretexto perfecto para que salieran a la luz viejos rencores, traumas y reproches, especialmente el de la siniestra “Mrs. Taggart” a uno de sus hijos, a quién señalaba como el responsable de la pérdida de su ojo. Al final de la película, este drama resultaba ser solo un embuste de la mujer para chantajear y traumatizar a su propio hijo.
La historia fascinó a Olmos y Téllez, quienes tuvieron la idea de llevar la base principal de la cinta a la televisión, pero ahora llevando la siniestra personalidad de la protagonista al límite. Así, “Mrs. Taggart” derivó en la perversa “Catalina Creel”, que ya no era solo una ambiciosa y amargada mujer, sino que ahora había derivado en una psicópata fría y calculadora.
Para interpretar a “Creel”, Téllez pensó en la magistral actriz María Rubio. Rubio (entonces esposa del escritor Luis Reyes de la Maza), había destacado en melodramas de la cadena Televisa como “La Constitución” (1970), “Rina” (1977) y “El derecho de nacer” (1981), además de poseer sólida trayectoria teatral. Rubio nunca imaginó que esta telenovela marcaría su carrera y la inmortalizaría para siempre en la historia del género del melodrama televisivo a nivel mundial.
La telenovela tampoco tuvo muchas expectativas. No fue una producción pensada ni lanzada en el horario estelar. Como sucedió con otros culebrones como “Cadenas de amargura” (1991) o “Cañaveral de pasiones”, “Cuna de lobos” fue lanzada en un horario vespertino. Rápidamente su original y bien contada historia cautivó a la audiencia y se apoderó del “prime time” de la televisión mexicana.
“Catalina Creel” no era un personaje improvisado. Olmos afirmó numerosas ocasiones haberse documentado y adentrado en la mente de un asesino serial para definir el comportamiento de la villana. El autor acudió con psiquiatras y criminólogos para ayudarse a moldear la retorcida psique de la protagonista de la historia.
El elenco que acompañó a Rubio también resultó espectacular: Diana Bracho, Gonzalo Vega, Rebecca Jones, Alejandro Camacho, Carmen Montejo, Carlos Cámara, Raúl Meráz, Humberto Elizondo, Lilia Aragón, Josefina Echánove y dos lanzamientos estelares: Rosa María Bianchi y Magda Karina. Dato curioso: Diana Bracho no era la elección original de los autores para interpretar el personaje de “Leonora”, nuera y némesis principal del personaje de Creel. Le elegida era Angélica Aragón, quién un año atrás había roto récords de audiencia con Televisa en el melodrama “Vivir un poco”. Pero Aragón rechazó el personaje, pues le parecía repetitivo actuar en otra historia en la que su personaje también era alejada de su hijo.
Mención especial merece la música de la telenovela, considerada una de las mejores de la historia del melodrama televisivo, y que fue compuesta por Pedro Plasencia Salinas.
Sobre el impacto del personaje de "Creel" ya se ha hablado mucho. Que si la gente la postuló como candidata a la presidencia de México, que si su muerte al final del melodrama ocupó la primera plana de los diarios, que si Jacobo Zabludovsky inició su noticiero nocturno con una nota sobre ella, y un enorme etcétera. Lo cierto es que el melodrama llegó a mercados inimaginables para la televisión mexicana como Australia, Japón o Suiza. También marcó la carrera de María Rubio, quién tardó ocho años en volver a aparecer en la televisión mexicana, abrumada por el arrollador éxito del personaje. Rubio llegó a declarar:
"La gente me borró totalmente. Se olvidó de María Rubio y parece que yo en cuarenta años de carrera no he hecho más que "Catalina Creel", y yo he hecho muchísimas cosas".
Treinta y tres años después, en 2019, la cadena Televisa realizó una nueva versión de la telenovela “Cuna de lobos”. La nueva versión formó parte de un concepto de miniseries titulado “Fábrica de sueños”, de la televisora mexicana y fue la actriz española Paz Vega quién encarnó en este remake a “Catalina Creel”. Desgraciadamente, y aunque fue una producción bien cuidada y meticulosa, no logró llenar las expectativas de un público televisivo que, evidentemente, ya no es el mismo de hace tres décadas.
Dicen por ahí que no se debe "manosear" a los clásicos. Aunque presentar una nueva versión de una telenovela exitosa para las nuevas generaciones tenga una intención genuina, lo cierto es que hay historias que triunfaron por diversos factores muy relacionados a un momento, a una época y a ciertas circunstancias muy específicas. Y "Cuna de lobos" es una de estas historias.
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