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Foto del escritorLuis Miguel Romero

Thelma Tixou: "La Muchacha del Cuerpo de Oro"

Por Luis Miguel Romero

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El 11 de diciembre de 2018, algunos medios informaron de una manera casi imperceptible, el lamentable estado de salud en el que se encontraba Thelma Tixou “La Muchacha del Cuerpo de Oro”, una de las vedettes más grandes que existieron en México en la década de los 1970’s y 1980’s. La vedette fue diagnosticada con un tumor cerebral que le trajo diversas complicaciones, razón por la que fue inducida a un coma del que desgraciadamente no logró despertar. Tixou, quién vivía una situación económica muy lamentable, se encontraba sola en México, amparada por unos cuantos amigos y olvidada por los medios de comunicación y un gremio artístico que demostró una total indiferencia ante su condición.




Y pensar que treinta o cuarenta años atrás, Tixou fue una de las mujeres más deseadas y aclamadas de todo el país. Formó parte de la misma camada de beldades que causaron sensación en los cabarets, teatros y centros nocturnos de la capital mexicana en los 1970s y 1980s. Pertenece a la misma generación de figuras como Olga Breeskin, Lyn May, Wanda Seux, Rossy Mendoza, la Princesa Yamal, Gina Montes, Grace Renat y la Princesa Lea. A las cinco primeras, las nuevas generaciones tuvieron la oportunidad de conocer y descubrir en el documental “Bellas de Noche” (2016), de la cineasta María José Cuevas. De hecho, en palabras de la propia Cuevas, Thelma Tixou fue considerada inicialmente para el proyecto, pero lo rechazó, alegando no querer saber nada de su pasada vida como vedette y sex symbol. ¿Por qué Tixou despreciaría tantos años de carrera que la llevaron a los cuernos de la luna? La respuesta es triste: Tixou tuvo que pagar el mismo doloroso y cruel precio de la fama que tuvieron que pagar Breeskin, Seux o Yamal, tal como lo vimos en el documental anteriormente mencionado. Fueron mujeres que de alguna manera vivieron de su juventud y belleza y que, por desgracia, nunca imaginaron que ambas cosas tienen una fecha de caducidad en el frívolo mundo del espectáculo.




Thelma Delia Sukiennik Snopik nació en Buenos Aires, Argentina el 4 de mayo de 1943, en el seno de una familia de origen judío lituano. Estudió ballet en su tierra natal, y de acuerdo a lo revelado por la vedette, su madre fue quién la impulsó para dedicarse al vedettismo (que en Argentina es un oficio muy valorado, hasta hoy en día). Tixou fue contratada para formar parte del ballet de vedettes del Teatro El Nacional de Buenos Aires, catedral del vedettismo argentino. Pronto, su despampanante figura atrajo la atención del público. ¿Y cómo no hacerlo? Thelma era una mujer imponente, de 1.80 de altura, rubia natural y dotada de unas piernas, caderas y busto dignos de una escultura. Y en Argentina se consagra en el vedettismo y alternó con figuras como Tita Merello, Nélida Roca o Zulma Faiad, glorias del género en el país sudamericano. La Tixou pronto saltó a la televisión y el cine en su país. En 1967 estelarizó la cinta “La muchacha del cuerpo de oro”, del cineasta Dino Minitti, cinta a la que le debe el mote con el que se le conoció en su fulgurante carrera. Y como México era considerado el “Hollywood de Latinoamérica”, Thelma llega al país azteca, afirmando que incluso prefirió nuestra patria en lugar del famosísimo y exclusivo cabaret Lido de París.




Y en México viene su consagración. Thelma es recordada por el espectacular show que presentó durante muchos años en el desaparecido cabaret Capri del Hotel Regis de la Ciudad de México. También formó parte, durante algunos años del elenco “de planta” del popular programa musical y de variedades mexicano “Siempre en Domingo”. A diferencia de otras de sus contemporáneas, Thelma nunca se desnudó en sus shows ni mucho menos en el cine. Ella no formó parte del género de Sexycomedias o Cine de Ficheras mexicano. Su show, según sus propias palabras, era tan “blanco” y familiar, que hasta los niños podían presenciarlo. Rivalizó en calidad con el de Olga Breeskin o Lila Deneken “La Número Uno”. También se sabe de la calidad humana de Thelma, una mujer que solía hacer generosas donaciones a los necesitados o que siempre mostraba una actitud amistosa y de apoyo cuando otra compañera vedette debutaba. Cuando los años dorados del vedettismo mexicano se extinguieron a mediados de los 1980s, Thelma decidió hacerse un lugar como actriz de respeto. Y lo logró. Thelma se consagra en el Séptimo Arte al aparecer en la hoy mítica cinta de culto mexicana “Santa Sangre”, del célebre Alejandro Jodorowsky.





Pero Thelma lo perdió todo. Adolfo Goldstein su marido y manager, un ex-boxeador de origen uruguayo, la despojó de absolutamente todos sus bienes cuando ella se negó a encasillarse en el vedettismo. La dejó en la calle. Thelma sobrevivió gracias a la ayuda de un selecto grupo de amigos que le brindaron un lugar donde vivir. Y gracias al productor de telenovelas Juan Osorio, Thelma logró sumarse a los repartos de algunos melodramas de la cadena Televisa, como “Salomé” (2001) y ‘’Por qué el amor manda” (2012). Por desgracia, la juventud se le escapó, y junto con ella, por desgracia, partieron las oportunidades laborales.


Thelma vivía de una modesta pensión que le otorgaba la ANDA. Sobrevivía también pintando vitrales y vendiendo pasteles de manzana. Pero eso sí, según sus propias palabras “con dignidad”.



Thelma Tixou falleció el 15 de enero de 2019. Murió prácticamente sola, y solo después de su deceso es que los medios abordaron las condiciones en las que vivía. Thelma Tixou tal vez cometió el error de no aceptar ser una de las “bellas de noche”, pues quizá en sus últimos días, hubiera gozado de una atención mediática qué sí tuvieron sus otras colegas vedettes. Aunque Tixou pertenecía a una familia judía, en sus últimos años abrazó el cristianismo, y su voluntad era ser incinerada y que sus cenizas se esparcieran en el zócalo de la Ciudad de México. No respetaron su última voluntad. Su único hermano pidió que se le enterrara según el rito judío y que sus restos fueran inhumados en el Panteón Israelita de la capital mexicana.

Es duro el precio de la fama. Eso duro contemplar el ocaso de una de las llamadas “Fabulosas” de la vida nocturna mexicana. Y en este espacio, recordamos la vida y obra de “La Muchacha del Cuerpo de Oro” en un sentido “In Memoriam”.



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