Por Luis Miguel Romero
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Una “Boyband” es como se define en el mundo de la música pop, a una banda vocal de cantantes masculinos. Por lo general, estas boybands están integradas por chicos jóvenes, atractivos, carismáticos, que imponen modas, que se mueven al compás de temas musicales edulcorados, llenos de vistosas coreografías, y lo más importante: capacidad para congregar legiones de de fans que gritan desenfrenadamente o se desmayan con solo mirarlos, además de ser capaces de seguirlos en cualquier presentación que realicen y consumir masivamente su música. Supongo que el concepto se comprende a la perfección. Hoy en día, vemos el auge de las bandas de K-Pop coreanas, además de que, en México y América Latina, han existido conceptos similares desde los años 1980s.
En esta ocasión, en este espacio, hablaremos un poco del furor que causaron específicamente dos boybands estadounidenses que, a fines de los 1990s y principios de los 2000s, las cuales imperaban absolutamente en estaciones de radio y canales de videos.
Viajemos a nuestra adolescencia y recordemos un poco de estas dos boybands del “Bubble Gum Pop” que fueron los dignos herederos de los New Kids on the Block de la década previa. Se trata de los Backstreet Boys y *NSYNC.
BACKSTREET BOYS
La banda se formó en Orlando, Florida, Estados Unidos en 1993, bajo el auspicio del hoy finado productor musical Lou Pearlman. El grupo está conformado por Howie D., Brian Littrell, Kevin Richardson, Nick Carter y A.J. McLean. Su primer gran éxito en la radio fue “Get Down”, single lanzado en 1996 y que acompañó el lanzamiento de su primer disco titulado simplemente “Backstreet Boys”. Pero en 1997 la banda se va a los cuernos de la luna con su segunda producción: “Backstreet’s Back”. ¿Quién no recuerda el sonadísimo tema “Everybody”, hoy en día un clásico del pop noventero?
Esta banda de chicos vendieron millones y millones de discos alrededor del mundo. Pero quizá el cénit de la banda, su momento cumbre, ocurre con el lanzamiento de su tercer álbum titulado “Millennium” (1999). De allí se desprenden temas populares como “I Want It That Way”, “Langer Than Life” y “The One”.
Los discos de los Backstreet Boys y la taquilla de sus conciertos dejaron millones y millones de ganancias.
Su cuarta producción discográfica “Black & Blue” (2001), es considerada el momento crepuscular del éxito de la banda. De él se desprenden los éxitos “Shape Of My Heart”, “The Call” o “More Than That”. Fue en esa época cuando visitaron Latinoamérica. En México causaron furor.
Pero a partir de este momento empieza el declive de la banda. El concepto de las boybands comenzó a desgastarse y muchos de sus integrantes buscaron nuevos horizontes. En 2003, Nick Carter se lanzó como solista con un éxito moderado. En una época Kevin Richardson salió de la banda, la cual continuó como cuarteto. Aún así, la banda permanece activa y ha lanzado seis discos más.
*NSYNC
La banda se formó también en Orlando, Florida ¡y también bajo el auspicio de Lou Pearlman (los Backstreet Boys nunca le perdonaron esto). Ellos surgen en 1996. La banda estuvo formada por Joey Fatone, Lance Bass, Chris Kirkpatrick, JC Chasez y Justin Timberlake (estos dos últimos ya conocidos por su participación en el show de televisión de Disney “All-New Mickey Mouse Club” (1989-1994). Eclipsados inicialmente por el furor internacional de los Backstreet Boys, *NSYNC tiene un discreto lanzamiento en Europa antes que en el mercado estadounidense. Su disco debut (“*NSYNC”), fue lanzado en E.U. hasta 1999. Contra todo, causaron sensación con los temas “Tearin Up My Heart” y “I Want You Back”.
En 2000 sale a la venta su segundo álbum “No Strings Attached”. Este álbum rompió récord de ventas. Se vendieron millones de discos en unas horas, tan solo en Estados Unidos. Llegaron a superar el éxito de sus “rivales”. De allí vienen los clásicos “Bye, Bye, Bye”, “It’s Gonna Be Me” y “This I Promise You”.
Su tercer álbum se tituló “Celebrity” (2001). Lo que nadie imaginaba es que el final de la banda se acercaba. De este disco se desprenden los sencillos “Pop”, “Gone” y “Girlfriend”. Sus conciertos eran espectaculares y sus videos estaban a la vanguardia.
Pero para ese momento la popularidad de Justin Timberlake era notable. Era irremediable que Timberlake se lanzara como solista. Y vaya que pegó a lo grande. Hoy en día, probablemente sea el cantante masculino de pop más importante de su generación. El éxito de Timberlake marcó el fin de la banda, la cual nunca tuvo una despedida oficial. Siempre quedó la esperanza de volverlos a ver, cosa que solo ha ocurrido en eventos especiales (como una presentación de Timberlake en MTV en 2013 o cuando les otorgaron la estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood en 2018). JC Chasez también se lanzó como solista en 2004, pero con un éxito fugaz. Lance Bass se volvió una figura mediática, sobre todo luego de revelarse públicamente como gay en 2006.
La realidad es que ambos grupos nunca tuvieron una rivalidad personal. Todo fue una cosa meramente publicitaria. Siempre existió armonía entre ambas bandas. En épocas recientes, incluso han realizado colaboraciones pequeñas en conjunto (algo que nunca sucedió en su época de máxima gloria). Incluso se ha mencionado la posibilidad de una gira en conjunto en un futuro.
La música evolucionó. El “Bubble Gum Pop” pasó de moda, otras bandas más jóvenes como One Direction, Jonas Brothers o las bandas K-Pop los reemplazaron; las adolescentes crecieron y ahora ya hasta son madres de familia. Toda época tiene un ciclo.
Estas dos bandas, así como otras de sus contemporáneas como Westlife, Take That, Boyzone o 98 Degrees (que tuvieron un éxito más discreto), marcaron una época en el mundo de la música internacional. Era una época cuando la guerra entre “poperos” y rockeros” encendía las listas de MTV o de las estaciones de radio. Era la época de esplendor del pop con figuras como Britney Spears, Christina Aguilera, Destiny’s Child, P!nk, Jennifer López y otros más. Eran “años maravillosos”.
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