Por Luis Miguel Romero
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La inocencia temprana del ser humano, junto con el descubrimiento del amor y la sexualidad, mezclado con un entorno de naturaleza virgen, exótica y salvaje, es una fórmula muy exitosa y probada en el cine. Tal vez se deba a que nos remonta a nuestro origen primigenio; al mito de “Adán y Eva” que está envuelto en un aura de pureza, curiosidad e inocencia, mezclada con una fuerte sexualidad instintiva y primitiva. Y justo una de las historias más recordadas del cine en abordar esta curiosa amalgama de temas es la que abordamos en este espacio de #Cine: “The Blue Lagoon”.
“The Blue Lagoon” (“La laguna azul” en español), es una película romántica estadounidense estrenada en 1980 y dirigida por Randal Kleiser. Está basada en la novela homónima del autor irlandés Henry De Vere Stacpool, publicada en 1908. Fue protagonizada por Christopher Atkins y la actriz Brooke Shields, de 14 años de edad, entonces la sensación de Hollywood y considerada uno de los rostros más bellos que han irrumpido en la Pantalla Grande.
El argumento de la cinta es el siguiente:
A fines del siglo XIX, un buque británico naufraga, tras una feroz tormenta, en el Océano Pacífico Sur. Los niños Richard (Atkins) y Emmeline (Shields), así como el cocinero del buque, Paddy Button (Bradley Pryce), logran sobrevivir y llegan a una exuberante isla tropical del archipiélago de Kermadec, en Oceanía. Pryce decide cuidar a los pequeños niños. Tras explorar la isla durante algunos días, Paddy y los chicos construyen una pequeña choza.
La isla tiene fuentes de agua dulce, es rica en vida vegetal y animal, con condiciones óptimas para sobrevivir. El único “pero” que tiene el paradisiaco lugar es que, una vez al mes, en noches de luna llena, es visitado en una de sus costas por una tribu de salvajes que acuden a la isla a realizar rituales y sacrificios humanos.
Paddy descubre la presencia de esta tribu e inventa una rígida ley que les prohíbe a los niños ir al otro lado de la isla. También les advierte que no comer unas mortíferas bayas rojas que crecen en algunos arbustos. El tiempo transcurre para los tres, sin esperanza alguna de de rescate.
Una noche, el viejo Paddy se emborracha y muere de una congestión, dejando a los niños solos en la isla.
Al llegar a la pubertad, los dos chicos comienzan a experimentar su despertar sexual y los cambios físicos del cuerpo. La atracción natural brota entre ellos pero, al mismo tiempo, les genera temores, inseguridades y curiosidad. El instinto los lleva a experimentar la sexualidad y el amor. Emmeline queda embarazada, descubriendo este estado de la mujer por su propia cuenta, sin información ni orientación. La joven da a luz a un bebé varón que es llamado Paddy.
Los jóvenes no pueden evitar la curiosidad y visitan el sitio de sacrificios de los indígenas, asociando la sangre de los rituales con Cristo y la crucificción, por lo que intuyen que el dios pagano de los indígenas es el dios de los cristianos.
El padre de Richard, quién sobrevivió al naufragio, no ha dejado de buscar a los niños. A pesar de acercarse mucho a la isla, diversas circunstancias evitan que pueda contactarles.
Paddy, el hijo de la pareja, crece, al igual que sus padres, en un ambiente de pureza, sin la corrupción de la sociedad. El final de la cinta queda abierto.
La película fue adaptada por primera vez al cine en 1923, en una película muda británica actualmente perdida. En 1949, Reino Unido produjo otra adaptación fílmica dirigida por Frank Launder y protagonizada por Jean Simmons y Donald Houston.
El director Randal Kleiser era un gran admirador de la novela original. Antes de que la joven Brooke Shields fuera elegida para el estelar femenino, se consideró a las actrices Jodie Foster y Kelly Preston. La película se rodó en Nanuya Levu, una isla privada de Fiji. La flora y la fauna que aparecen en la película, incluyen una variedad de animales de varios continentes, incluida una especie de iguana entonces desconocida y descubierta y clasificada gracias a la cinta.
Como Brooke Shields tenía 14 años cuando apareció en la película, todas sus escenas de desnudos fueron interpretadas por la stunt Kathy Troutt, de 32 años. Christopher Atkins, quién tenía 18 años cuando se filmó la película, si realizó sus propias escenas de desnudos (incluyendo una breve desnudez frontal).
La película fue un notable éxito de taquilla, pero la crítica no fue favorable, acusándola de idealizar una versión muy edulcorada del Paraíso Terrenal. La cinta consiguió una nominación al Premio Óscar a la Mejor Fotografía. Brooke Shields ganó el Golden Raspberry a la Peor Actriz del año.
En 1991, la película tuvo una secuela. Esta cinta es una adaptación de la novela “The Garden of God” (1923), secuela de “The Blue Lagoon”, también escrita por De Vere Stacpool. Esta secuela llevó por título “Return to the Blue Lagoon”. Fue dirigida por William A. Graham y estelarizada por Milla Jovovich y Brian Krause.
En esta secuela, Richard y Emmeline son encontrados muertos a la deriva en el mar. Su hijo Paddy es rescatado por un buque británico. Paddy (Krause), solo sabe decir la palabra "Richard", por lo que se asume que es su nombre. El niño queda al cuidado de Sarah Hargrave (Lisa Pelikan), una institutriz viuda que viaja en el buque con su hija pequeña Lilly (Jovovich). El buque también naufraga y Sarah y los niños sobreviven llegando a la misma isla donde Paddy creció. La historia se repite; Sarah muere y Paddy y Lilly pasan por el mismo proceso de crecimiento y descubrimiento físico y emocional que en la primera cinta. La diferencia es que, en esta secuela, ambos logran entablar contacto con un barco de “gente civilizada” y también con los nativos antropófagos de la isla.
La secuela tuvo una recepción favorable de la taquilla, pero fue destrozada por la crítica, quién la acusó de ser tan predecible y tan cursi como su predecesora, pero sin los momentos de erotismo y lascivia de la anterior.
En 2012, el canal estadounidense Lifetime realizó un telefilme basado libremente en la novela original. Fue protagonizada por Indiana Evans y Brenton Thwaites.
La novela original contó con dos secuelas: “The Garden of God” (1923) y “The Gates of Morning” (1925). En las secuelas de la novela, Dick, el hijo de Paddy y Emmeline se terminará convirtiendo en el rey de un pequeño archipiélago y entablando una relación familiar con la tribu de indígenas antropófagos.
“The Blue Lagoon” es considerado un clásico imperdible y muy entretenido del cine romántico y de aventuras y vale la pena echarle un vistazo, aunque sea tan solo una vez en la vida.
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