Por Luis Miguel Romero
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Helena Rojo perteneció a una de las generaciones de actrices más exitosas, talentosas y multifacéticas del espectáculo mexicano. Fue una mujer que consolidó una brillante carrera en el cine, teatro y televisión. En su trayectoria de más de cinco décadas en el espectáculo, la vimos interpretar todo tipo de roles. Fue la dama joven, la protagonista madura, la villana, la heroína, la madre, la hija, la abuela; hizo drama, comedia, horror, cintas y telenovelas históricas. Muy pocas actrices, de México y del mundo, pueden jactarse de tener un curriculum profesional tan diverso, tan rico en matices y de éxitos tan notables como ella. En este espacio de #Divas, recordamos la vida y prolífica trayectoria de la actriz mexicana Helena Rojo.
María Helena Lamadrid Ruiz nació el 18 de agosto de 1944 en la Ciudad de México, México. Dotada de una belleza clásica y un porte muy singular (que fue su huella distintiva a lo largo de su larga trayectoria), comenzó su carrera en el medio a través del modelaje en la década de los 1960s.
Posteriormente comenzó a estudiar teatro. Fue alumna de destacados maestros del teatro mexicano como José Luis Ibáñez y Carlos Ancira. Comenzó su carrera cinematográfica con un pequeño rol en la cinta “Los amigos” (Icaro Cisneros, 1968). Su primer papel acreditado en el cine lo obtiene en la cinta “El club de los suicidas" (Rogelio A. González, 1970), estelarizada por Enrique Guzmán. Su apellido artístico le fue asignado tras contender para el famoso concurso “El Rostro de El Heraldo”, patrocinado por el diario mexicano “El Heraldo de México”. Los promotores le pusieron el apellido de “rojo”, asociándolo con “lo pasional e intenso”.
En las décadas de los 1970s y 1980s, Helena Rojo se consagra como uno de los rostros femeninos más destacados del cine mexicano. Entre las cintas clave en las que Helena participa durante esta década se encuentran títulos muy singulares como “Fin de fiesta” (Mauricio Walerstein, 1972), una de las primera cintas en abordar el tema de la homosexualidad en México; “Muñeca reina” (Sergio Olhovich, 1972), basada en una argumento de Carlos Fuentes; “Ángeles y querubines” (Rafael Corkidi, 1972), considerada una película de culto en el género del terror mexicano; “Los cachorros” (Jorge Fons, 1972); “Los perros de Dios” (Francisco del Villar, 1973), ambas consideradas cintas con temas muy controversiales en su época; “Más negro que la noche” (Carlos Enrique Taboada, 1974), otro clásico de culto del género sobrenatural del cine nacional, y “Misterio” (Marcela Fernández Violante, 1980), interesante filme con una trama de suspenso psicológico.
Mención especial merece la participación de Helena en las co-producciones “Aguirre, der Zorn Gottes” (1972), producción méxico-alemana-peruana, dirigida por Werner Herzog y en donde compartió escena con Klaus Kinski; la cinta méxico-estadounidenses “Foxtrot” (1974), dirigida por Arturo Ripstein y en donde comparte créditos con Peter O'Toole y Charlotte Rampling, y la también coproducción méxico-estadounidense “The Children of Sanchez” (Hall Bartlett, 1978), en donde Helena compartió escena con tres monstruos sagrados mexicanos de Hollywood: Anthony Quinn, Dolores del Río y Katy Jurado.
Helena permanece activa, aunque con menos frecuencia en la Gran Pantalla durante los 1980s, 1990s y 2000s. Obtuvo el Premio Ariel de la Academia Mexicana de Cine en dos ocasiones por la cintas “Fin de fiesta” y "Misterio". Su última intervención en el Séptimo Arte fue en la cinta “Invitación a un asesino”, de J.M. Cravioto (2023).
A finales de los 1970s, Helena hace su transición hacia la Pantalla Chica, específicamente a los melodramas televisivos. Debutó con un pequeño rol en este género en la telenovela “Extraños en su pueblo" (1973). Pero fue en 1977, obtiene la oportunidad de protagonizar la telenovela “La venganza", producida por Valentín Pimstein para Televisa. Esto marca el inicio de una trayectoria televisiva de Helena que la mantuvo vigente el resto de su vida. Entre sus telenovelas más destacadas se encuentran “La traición” (1984), “Las secretas intenciones” (1992), “Retrato de familia” (1995), “Gente bien” (1997), “El privilegio de amar” (1998), “Ramona” (2000), “Amor real” (2003), “Inocente de ti” (2004), “Peregrina” (2005), “Mundo de fieras” (2006), “Por ella soy Eva” (2012), “La candidata” (2016), “¿Te acuerdas de mí?” (2021), y “Vencer la culpa” (2023), entre muchas otras más. También actuó en series como “Locas de amor” (2010), “Mi tío” (2022), “María Félix: La Doña” (2022) y “El Conde” (2023), el cual sería su último trabajo profesional como actriz.
Mención aparte su aportación a los escenarios teatrales. Helena participó en montajes como "La mujer del pelo rojo" (1975), “Me enamoré de una bruja” (1986), “Cena de matrimonios” (1987), "Pato a la naranja" (1989), “La ronda de las Arpías” (1992), “Pecado en la Isla de las Cabras” (2000), “El cartero” (2018), “Dios mío, hazme viuda por favor” (2018), y ”Mujeres de ceniza” (2020), entre muchas más.
En épocas más recientes, la actriz se hizo presente en las redes sociales. A través de la plataforma YouTube y de su cuenta de Instagram, la actriz realizó varios videos en donde daba testimonio de interesantes aspectos de su larga trayectoria en cine, teatro y televisión.
En el ámbito personal, la actriz estuvo casada en tres ocasiones. En su segundo matrimonio estuvo unida con el actor Juan Ferrara (1976-1987). Su tercer matrimonio fue con Benjamín Fernández (1988-2024).
Helena Rojo falleció el 3 de febrero de 2024 en la Ciudad de México a consecuencia de un cáncer que la actriz enfrentaba en silencio. Tenía 79 años de edad. Le sobreviven su esposo Benjamín y sus tres hijos: Patricia, Helena y Leo, hijos de su primer matrimonio.
Como se mencionó en las primeras líneas de este artículo, la versatilidad de Helena la llevó a transitar por roles que van desde villanas aristócratas, ricas terratenientes, diseñadoras de modas, gitanas, brujas y esposas abnegadas. Pero eso sí: todos sus personajes siempre insuflados con una distinción y una categoría que fueron el sello distintivo de la actriz. Si uno pregunta al público sobre la actriz Helena Rojo, sin duda alguna la respuesta obtenida es: “Una gran actriz y una señora muy distinguida y elegante”. Y es que la clase, es algo que no se puede actuar, por más histrionismo que se tenga; es algo que ya viene intrínseco en la persona desde que nace. Y Helena Rojo tenía esa característica, y de sobra.
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