Por Luis Miguel Romero
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Cuando la Época de Oro del Cine Mexicano estaba en su etapa crepuscular, la cinematografía mexicana buscó la manera de seguir manteniendo al público en los cines. Fue entonces cuando el cine nacional comenzó a experimentar con nuevas historias, nuevos géneros y nuevas figuras para refrescar a la industria fílmica. Uno de los géneros que florece en este contexto es el Cine de luchadores, un género fílmico endémico de México cuyo protagonistas eran, obviamente, los ídolos de la lucha libre que en ese momento causaban sensación en las arenas del país. Y de las arenas y coliseos, estos luchadores, posicionados ya como representaciones locales de superhéroes, pasaron al espacio exterior, a enfrentar extraterrestres, monstruos, demonios y gigantes. Se consolida así el Cine de fantasía o ciencia ficción mexicano. Y dentro del elenco de soporte que acompañó a los paladines enmascarados en sus aventuras, desfiló toda una gama de deslumbrantes bellezas. Y dentro de todas ellas, hubo una que destacó particularmente por su extraordinaria belleza, personalidad, carisma, talento y picardía. Ella será recordada por siempre como “La Reina del Cine Fantástico”. Se trata de la extraordinaria Lorena Velázquez y esta es su historia.
María Concepción Lorena Villar y Dondé nació en la Ciudad de México el 15 de diciembre de 1939. Sus padres fueron Elda Dondé y Eduardo Villar. Era hermana de la también actriz Tere Velázquez (1942-1998). Cuando era pequeña, sus padres se divorciaron y su madre contrajo segundas nupcias con el actor Víctor Velázquez (ex esposo de la también actriz Katy Jurado). Velázquez crió a Lorena y a Tere y fue en honor a él por quién tomaron su apellido artístico.
Desde pequeñas, Lorena y Tere demostraron aptitudes artísticas y estudiaron teatro y ballet en el Instituto Nacional de Bellas Artes, en donde fueron alumnas de destacadas figuras como Clementina Otero, Fernando Wagner y Francisco Monterde.
Con el apoyo de su padrastro, Lorena y Tere se acercaron a la industria cinematográfica. Lorena debutó con un pequeño rol en la cinta “Caras nuevas” (Mauricio de la Serna, 1956). Tras participar en roles secundarios en otras cintas, en 1959 Lorena obtiene reconocimiento mediático al interpretar a María Félix en la cinta biográfica “La vida de Agustín Lara” (Alejandro Galindo, 1959). Sin embargo, es en la década de los 1960s cuando Lorena y su hermana Tere alcanzan el estatus de estrellas de la cinematografía mexicana. En 1960, Lorena incursiona en el cine de fantasía con la película “La nave de los monstruos”, de Rogelio A. González, protagonizada por el comediante Eulalio González “Piporro”. En 1962, Lorena filma la que sería, probablemente la cinta más representativa y popular de su carrera y también la primera de una serie de colaboraciones fílmicas con el luchador Rodolfo Guzmán “El Santo”: “Santo contra las mujeres vampiro”, dirigida por Alfonso Corona Blake y que, hoy en día, ha ganado un estatus de culto entre los seguidores del cine fantástico y camp.
Consolidada ya como la “Reina del Cine Fantástico”, Lorena deja huella en el género con títulos como “El rapto de las sabinas” (Alberto Gout, 1962), la trilogía “Las luchadoras contra el médico asesino” (1963), “Las luchadoras contra la momia” (1964) y “Las lobas del ring” (1965), dirigida por René Cardona; “El planeta de las mujeres invasoras” (Alfredo B. Crevenna, 1966); “Atacan las brujas” (José Díaz Morales, 1968), y “Las momias de San Ángel” (Arturo Martínez, 1975), entre otras más.
Lorena también incursionó en otros títulos fuera del género fantástico. Filmo, en su mayoría, cintas de comedia entre las que sobresalen títulos como “Pilotos de muerte” (Chano Urueta, 1962), con los comediantes Germán Valdés “Tin-Tán” y Adalberto Martínez “Resortes”; “Tintansón Crusoe” (Gilberto Martínez Solares, 1965) y “Loco por ellas” (Manuel de la Pedrosa, 1966), ambas junto a “Tin-Tán”; “Fray Don Juan” (René Cardona Jr., 1970), con Mauricio Garcés; “Caín, Abel y el otro” (René Cardona Jr., 1971), con Alberto Vázquez, César Costa y Enrique Guzmán, y “Mi amorcito de Suecia” (José Díaz Morales, 1974), de nuevo junto a Garcés, entre muchas otras más.
En los 1970s y 1980s, la presencia de la actriz en el cine fue cada vez más esporádica. De entre sus últimos trabajos fílmicos más sobresalientes se encuentran “Fiebre de amor” (René Cardona Jr., 1985), junto a Luis Miguel y Lucero; “Cartas a Elena” (Llorent Barajas, 2010) y “Más sabe el diablo por viejo” (José Bojórquez, 2018), que será su última película.
Lorena debutó en el mundo de la televisión en 1964 con la telenovela “Cumbres borrascosas”. Sin embargo, no fue sino hasta la década de los 1990s y 2000s que la actriz se incorporó de lleno a los repartos de telenovelas, unitarios y series. Entre sus trabajos más destacados en la pantalla chica sobresalen “El privilegio de amar” (1998), “Amigas y rivales” (2001), “Que pobres tan ricos” (2013) y “La mexicana y el güero” (2020), que sería su último trabajo profesional como actriz.
En 1958, Lorena participó en el certamen “Miss México” en sus albores. Sin embargo, la elegida fue una joven originaria de España. Lorena mostró su indignación ante el hecho de que, en un certamen de belleza mexicano, se le otorgara el premio a una extranjera. Esto la llevó a rechazar representar a México en el certamen “Miss Universo” de 1960.
En su vida personal, Lorena estuvo casada en dos ocasiones. Su primer matrimonio, entre 1967 y 1973, fue con el estadounidense Robert Taylor Morris; el segundo, de 1973 a 1986, fue con el mexicano Eduardo Novoa, con quién procreó a su único hijo, Eduardo Novoa Villar.
En 1998, su hermana Tere, otro ícono del cine mexicano de los 1960s, falleció a consecuencia de cáncer de colon.
Lorena Velázquez falleció el 11 de abril de 2024 en la Ciudad de México a causa de complicaciones respiratorias y cardíacas. La mítica actriz tenía 84 años.
Lorena Velázquez ha quedado grabada en la historia del espectáculo mexicano. Su título de “Reina del Cine Fantástico” quedó refrendado con la enorme cantidad de premios, reconocimientos y homenajes que la actriz recibió alrededor del mundo, específicamente en circuitos, festivales y expos dedicadas al cine fantástico de ciencia ficción y camp. Además, tanto ella como su hermana Tere, han quedado grabadas en la memoria colectiva de los mexicanos como figuras representativas de la fabulosa década de los 1960s.
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