Por Luis Miguel Romero
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En la cultura popular mexicana, probablemente existen dos ejemplos perfectos de la anti heroína de ficción. Se trata de las femme fatales, las devoradoras y trepadoras sociales por excelencia del imaginario colectivo mexicano. La primera es “Teresa”, la anti heroína creada por la autora Mimí Bechelani. La segunda, es la que analizaremos en este espacio en esta ocasión. Se trata de “Rubí”.
“Rubí” es un personaje creado por la autora Yolanda Vargas Dulché (creadora de personajes como “María Isabel”, “Yesenia” o “Memín Pinguin”, entre otros). Apareció por primera vez en la historieta “Lágrimas, risas y amor”, de Editorial Edar (después Grupo Editorial Vid) en el año de 1963. Fue uno de los grandes éxitos de la autora. La serie “Lágrimas, risas y amor” rompió récord de ventas entre todos los lectores que se regocijaban semana a semana leyendo las terribles canalladas de las que era capaz esta bellísima y perversa mujer. ¿Por qué es tan mala y ambiciosa? Aquí su historia:
Rubí es una joven muy bella, de ojos verdes esmeralda, tez blanca y tersa y una rizada cabellera marrón, además de poseer una anatomía espectacular. Rubí pertenece a la clase media. Vive con su madre y su hermana Cristina en una vecindad en algún lugar de la Ciudad de México. Rubí desprecia profundamente su origen humilde, soñando siempre con una vida de riqueza y lujos. Consciente desde muy joven de su belleza física y del deseo que despierta entre los hombres con sus atributos, Rubí decide utilizarlos como una herramienta para alcanzar un nuevo nivel de vida. Se convierte entonces en una trepadora social.
Rubí acude a un colegio de prestigio, mismo que paga su hermana Cristina. Allí se hace amiga de Maribel, una joven muy rica, pero de débil carácter y acomplejada por que su cuerpo sufre las secuelas de una polio que padeció en la infancia. En realidad Rubí envidia profundamente a Maribel, anhelando tener todo lo que ella posee. Todo lo disimula con hipocresía.
Maribel comienza una relación por correspondencia con César, un prominente y acaudalado abogado. César aparece para conocer a Maribel acompañado por su mejor amigo Alejandro, un joven y brillante médico de origen humilde. Rubí y Alejandro se sienten atraídos mutuamente, pero Rubí lo desprecia por su origen humilde. Rubí utiliza sus encantos para seducir a César, quién no le interesa como hombre, pero sí por su vasta fortuna. César cae ante los encantos de Rubí. Juntos huyen a Nueva York, dejando a Maribel y Alejandro con el corazón roto.
Rubí y César se casan, pero tienen un matrimonio totalmente infeliz. Rubí se dedica únicamente a despilfarrar la fortuna de su marido al volverse adicta al juego. César contrae una terrible enfermedad que lo postra en una silla de ruedas. Por su parte, Alejandro obtiene éxito en México como médico. El opera la pierna de Maribel, quién reencuentra el amor en un médico.
Rubí y César regresan a México. César cree que Alejandro es el único que puede ayudarle a recuperar la salud. Rubí decide seducir a Alejandro al descubrir que ahora es un hombre rico…y allí la historia se complica y toma un rumbo más extremo.
“Rubí” es un caso muy singular en la cultura popular y el entretenimiento en México, país poco acostumbrado a ver entre sus “heroínas” a una mujer fatal, ambiciosa y manipuladora. Sin embargo, la misma sociedad machista que la señalaba como un modelo de inmoralidad, la llevó al éxito, seducida por la doble moral que disfrutaba de las perversas andanzas del personaje.
En 1968, la cadena Televisa compró los derechos para llevar la historieta a la televisión, en formato de telenovela. Fue producida por Valentín Pimstein y protagonizada por Fanny Cano. En el elenco la acompañaban Antonio Medellín, Carlos Fernández e Irma Lozano. La telenovela tuvo un éxito inusitado y terminó de consagrar a la actriz Fanny Cano como uno de los símbolos sexuales del espectáculo mexicano de la época.
El éxito de la telenovela derivó en una adaptación cinematográfica estrenada en 1970. Esta versión fue dirigida por Carlos Enrique Taboada, el llamado “Padre del Terror y Suspenso en el Cine Mexicano”. La actriz elegida para interpretar a la protagonista, fue la española Irán Eory (quién debido a su acento fue doblada por la actriz Norma Lazareno). En el elenco la acompañaban Aldo Monti, Carlos Bracho y Alicia Bonet.
En el año 2004, la cadena Televisa decide realizar una nueva adaptación en telenovela de esta historia. En medio de muchas especulaciones, la actriz elegida para interpretar esta versión renovada del personaje fue Bárbara Mori. La telenovela fue producida por José Alberto Castro y contó con las co-actuaciones estelares de Eduardo Santamarina, Sebastián Rulli y Jacqueline Bracamontes. Fue uno de los éxitos más notables del género de la telenovela en México en los últimos años, y ha sido retransmitida en varias ocasiones y en diversos países. Se habló incluso de realizar una segunda parte de la historia, pero esto no se concretó.
Pareciera que la historia ya estaba demasiado vista, o que la historia de esta trepadora social ya no conectaba con las nuevas generaciones de telespectadores. Pero no es así. En 2020, en un formato de miniserie, Televisa decide realizar una nueva versión de este clásico bajo la producción de Carlos Bardasano y con Camila Sodi como protagonista. El elenco contó también con la participación de José Ron, Rodrigo Guirao y Kimberly Dos Ramos. A pesar de la calidad de la producción, esta versión de la historia es la menos exitosa y obtuvo numerosas críticas que la acusaban de transformar a “Rubí” de una mujer inteligente y calculadora, en una vulgar arribista. La serie también fue señalada por fomentar violencia de género.
De cualquier manera, “Rubí” se ha convertido en un clásico de la televisión y de la cultura popular mexicana. Su historia es otro ejemplo claro de que en México, a pesar del machismo, conservadurismo y doble moral que todavía permea entre la sociedad mexicana, las femme fatales siguen estando a la vanguardia.
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